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Golpe de Estado en Honduras

Gobierno golpista reduce en media hora el toque de queda; siguen las marchas en el país

Con posturas irreconciliables, hoy diálogo de Zelaya y Micheletti

Nuestra presencia en Costa Rica no es para negociar, afirma el presidente; sólo vamos a escuchar, sostiene el de facto

Improbable que se vean las caras en la casa de Óscar Arias

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Periódico La Jornada
Jueves 9 de julio de 2009, p. 24

Tegucigalpa, 8 de julio. Quizá como una señal de buena voluntad, el gobierno de facto de Honduras reduce en media hora el toque de queda, en víspera del encuentro entre delegaciones del gobierno de José Manuel Zelaya Rosales, reconocido por el mundo entero, y el instalado por los militares con Roberto Micheletti a la cabeza.

Lo más probable es que Zelaya y Micheletti no se vean las caras en la casa de Óscar Arias, presidente de Costa Rica por segunda vez. Y también que mantengan sus posturas irreconciliables.

Esperamos que en las próximas 24 horas, o sea en el día de mañana, tengamos una respuesta clara de la contraparte golpista que rompió el proceso democrático en el país, con el fin de que se puedan cumplir las resoluciones, dice Zelaya, apenas pone un pie en Costa Rica.

Micheletti, por su parte, dice que van a escuchar y buscar la solución que queremos encontrar en el país, la paz y la tranquilidad y lógicamente sostener nuestra democracia.

Con esas voces se topa el coro mundial que ve una esperanza para solucionar la crisis política que comenzó con el secuestro del presidente Zelaya. Y también con la aparición de las voces pesimistas.

Desde la vecina Nicaragua, que según los golpistas tiene planes de invadir Honduras, el líder histórico del Frente Sandinista de Liberación Nacional Tomás Borge, dijo: Creo que va a fracasar. La razón, según el comandante, es que la intransigencia de los golpistas es tan grande y sólo se explica porque saben que están respaldados por alguien poderoso, que podría ser el gobierno de Estados Unidos o la CIA.

En duda, el papel de Arias

Aquí, Ramón Custodio, comisionado Nacional de los Derechos Humanos, puso en duda la neutralidad de Arias, toda vez que Costa Rica condenó, igual que todo el continente, el golpe de Estado. Si mantiene esta posición, él podría ahorrarse su tiempo y no intervenir en asuntos de otro pueblo, dice Custodio.

Las paredes de esta ciudad están llenas de pintas que han dejado nueve días de marchas, incluida la de hoy. Además de la condena general a los golpistas, muchas de las leyendas están dirigidas a quienes los zelayistas consideran protagonistas del golpe. Uno de los nombres más repetidos, siempre acompañado de la palabra traidor, es el de Ramón Custodio, quien se enfrentó a Zelaya desde que estaba en el poder y uno de los muchos –con los partidos, los jueces, el Congreso, la Corte– que sostiene que el diálogo no es para que Zelaya vuelva a ser presidente, sino para que la Organización de Estados Americanos acepte la voluntad de este pueblo.

Los dirigentes del Frente de Resistencia contra el golpe de Estado viajan esta tarde a San José, para decirle una cosa al presidente José Manuel Zelaya: Usted no se sienta con Roberto Micheletti, porque no son pares.

Aunque les tranquiliza que Zelaya se ha mostrado firme y ha confrontado duro a los golpistas en sus declaraciones desde el extranjero, quieren asegurarse de que la restauración del orden constitucional será el primer punto, no negociable, en la agenda.

Siete líderes del frente parten esta tarde, pues a pesar de que las autoridades abrieron el aeropuerto desde el martes, los vuelos apenas se han reanudado, y la mayoría de quienes buscan salir del país deben viajar a San Pedro Sula, a unas cuatro horas por carretera.

Los tranquiliza en el camino la declaración de Zelaya: “Nuestra presencia aquí no obedece a ninguna negociación, en esto está empeñado el honor de todos los pueblos de América, simplemente se está escuchando a través del mediador cuál es el planteamiento de los que han establecido este régimen de facto, para ver cómo están planificando su salida, que es lo más honroso para las democracias de América Latina”.

El martes, la secretaria estadunidense de Estado, Hillary Clinton, dijo que Arias era el mediador natural.

No lo ven así los dirigentes del Frente de Resistencia, quienes lo consideran “muy conservador… además de aliado de George W. Bush”.

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El presidente hondureño, Manuel Zelaya, ayer al llegar a San José para el eventual encuentro con golpistasFoto Reuters
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El gobernante interino Roberto Micheletti, luego de una ceremonia en la casa de gobierno en TegucigalpaFoto Reuters
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Marcha de zelayistas en las calles de la capitalFoto Reuters

Los golpistas encabezados por Micheletti buscan un diálogo de buena fe, pero rechazan aceptar, como exigen prácticamente todos los países del mundo, que Zelaya retome el poder.

Los antigolpistas dicen ir a San José sólo a buscar los mecanismos de restitución de Zelaya en la presidencia de la que fue echado el domingo 28 de junio, cuando los militares lo llevaron precisamente al país donde ahora retorna a una mesa de diálogo. Sólo bajo esos parámetros se va a negociar, garantiza el dirigente campesino Rafael Alegría.

Se siente o no en la misma mesa con Micheletti, Zelaya irá con su círculo de mayor confianza: el ministro de la Presidencia, Enrique Flores Lanza; la canciller Patricia Rodas, y Arístides Mejía, ex vicepresidente.

Por la mañana, sin embargo, Zelaya dice que el gobierno de facto impide la salida del país de Flores Lanza, sobre quien pesa, además, una orden de captura girada a la Interpol, por el supuesto retiro de 40 millones de lempiras del Banco Central de Honduras en la víspera del golpe.

Patricia Rodas es hija del extinto Modesto Rosas, apodado El león del liberalismo, hija del caudillo del Partido Liberal, al que pertenecen tanto Zelaya como Micheletti.

Negociar con gorilas y ñángaras

Mientras los líderes de la resistencia viajan a Costa Rica, Micheletti, anuncia la delegación que representa a su gobierno: el abogado Carlos López, el dirigente Demócrata Cristiano Arturo Corrales, y Vilma Morales, ex presidenta de la Corte Suprema de Justicia y una de las más activas defensoras de la legalidad del golpe en los medios nacionales. También participa Roberto Flores Bermúdez, ex embajador hondureño en Estados Unidos, quien fue destituido por Zelaya tras haber reconocido al gobierno de facto y que luego sacó sus tiliches de la embajada a la llegada del presidente a Washington. Se portó como un caballero, dijo Zelaya luego de su reunión con Clinton.

En resumen, en la delegación que representa al gobierno de Micheletti no hay ningún integrante del gobierno de Micheletti, ni siquiera el inefable Enrique Ortez Colindres, su canciller, quien ayer mismo pidió perdón a Estados Unidos por sus declaraciones racistas contra el presidente Barack Obama. Ortez pretextó que sus dichos ocurrieron antes de ser nombrado funcionario. El asunto sigue siendo comidilla aquí, al punto de que los diarios locales buscaron nuevas frases en el video original, del noticiero Hoy mismo al día, que transmite el canal 3. Y hallaron que Ortez es un experto negociador, según se define a sí mismo: He negociado con maricones, con prostitutas, con ñángaras, negros, blancos. Ese es mi trabajo. No tengo prejuicios raciales, me gusta el negrito del batey que está presidiendo Estados Unidos. (Ñángara, vale decir, es un término acuñado por el ex presidente liberal Roberto Suazo Córdoba para denominar a todos los que olieran a izquierda).

Los hondureños tienen escasa confianza en Arias, aunque les inyecta algo de optimismo que los golpistas la tienen también difícil, porque están cercados.

Un palito nada menor de esa cerca es la suspensión del suministro de petróleo que Venezuela formaliza este día: 20 mil barriles diarios a precios preferenciales: No podemos transferir el beneficio de Petrocaribe a una dictadura y mucho menos a un pequeño grupo de empresarios que dieron un golpe de Estado, dice desde Caracas el ministro venezolano de Energía, Rafael Ramírez, en una aparición en el escenario que subraya la ausencia declarativa de Hugo Chávez tras la reunión de Zelaya con Clinton.

Este jueves arranca el incierto diálogo. Zelaya quiere que los gorilas le digan cómo le van a devolver el poder. Y vistos los calificativos que el gobierno de Micheletti le dirige a él y sus seguidores, sus representantes van a San José de Costa Rica a negociar con ñángaras.