Nueva York, 6 de julio. Un juez estadunidense aprobó la venta en bancarrota de General Motors Corp, decisión que deja los activos más rentables de la compañía en poder del gobierno. La autorización se dio sólo un mes después de que GM, alguna vez icono del sector, se declarara en quiebra, la mayor en la historia de Estados Unidos.

El juez Robert Gerber explicó que la aprobación de la venta evitaría la muerte del paciente en la mesa de operaciones. La nueva GM operará los mejores activos de la compañía, incluso sus marcas Chevrolet y Cadillac, pero gozará de menores costos laborales, una red de concesionarias más liviana y una deuda más manejable. El resto será liquidado.

Gerber mantendrá cuatro días congelada la sentencia, en espera de eventuales apelaciones, lo que le permitiría sellar la venta el jueves. Un grupo de consumidores que se oponen a la venta ya presentó documentos judiciales para una apelación.

La decisión del juez marca la segunda gran victoria para el gobierno del presidente Barack Obama, que el mes pasado logró completar la venta de la quebrada Chrysler LLC a un grupo liderado por la italiana Fiat Spa.

La empresa, que pidió protección por quiebra el primero de junio, advirtió durante el proceso que la liquidación era inevitable si la venta no era aprobada. El gobierno estadunidense, por su parte, había dicho que podría retirar su oferta de financiamiento a la automotriz si la aprobación se demoraba más allá del 10 de julio.

GM no puede sobrevivir con sus pérdidas y sin el financiamiento gubernamental, que expirará en días, destacó Gerber en su fallo, de 95 páginas.

El Tesoro de Estados Unidos acordó proveer 60 mil millones de dólares para financiar la nueva compañía, entrre ellos unos 50 mil millones de dólares que darían al Tesoro una participación de 60 por ciento en la empresa.

Decisión de negocios

El magistrado desestimó las objeciones a la venta por concesionarios cuyos contratos serán anulados. Grupos de consumidores y demandantes argumentan que ahora no podrán demandar a la firma por daños. También hay un grupo demandante que se autodenomina Comité no oficial de bonistas de familia y disidentes de GM.

Éste argumenta que General Motors podría haberse restructurado con un plan tradicional de reorganización conforme al Capítulo 11, en el cual los acreedores podrían haber votado, pero el juez manifestó que ese planteamiento no es realista.