Opinión
Ver día anteriorLunes 6 de julio de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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TOROS
Triunfó Tomás pero...
J

osé Tomás se encerró con seis toros de las ganaderías de Victoriano del Río, Núñez del Cubillo y El Pilar en la monumental de Barcelona. La Barcelona en que todo adquiere un carácter singular. Máxime en la tarde de verano que el ruedo ardía, el cielo pintura azul y el coso lleno a reventar en medio de una expectación difícil de explicar. Un fluido de significaciones oscuras cuyo exponente es el torero nacido en Galapagar. Como ejemplo, un aficionado que paga 6 mil 500 euros por una entrada en plena crisis económica.

Tarde triunfal de José Tomás con corte de orejas en cuatro toros y salida a hombros, pero, lo esperado, la faena fuera de serie, los lances para el recuerdo, no aparecieron. No por culpa del torero, sino de los toros, a los que dominó y toreó con una técnica que enriquece tarde a tarde. Más la tarde histórica fantasmal en la que competía virtualmente con Morante de la Puebla, quien en Madrid durante la feria de San Isidro realizó un toreo de capa y muleta que algunos aficionados y cronistas califican como lo más bello que hayan visto en un redondel, se esfumó.

De todas formas José Tomás expresó en Barcelona el misticismo de su quehacer. Imposible bordar el toreo con los toros de Núñez del Cubillo que se quedaron parados. El resto de los astados no impidieron que brillara la torería del madrileño. Poseído de su enfrentar a la muerte, hasta terminar en dos ocasiones en los pitones de los toros. Una emoción que pone a circular en la plaza sabia virgen que consiste en aceptarse como es, promoviendo la ley de su toreo, que tiene un decir, que lo diferencia de los demás.

Un toreo vertical, quieto, seguido y despacio, que leventaba a los aficionados al verlo recorrer el camino del pase natural a los toros, embrujados por su muñeca mágica. Lo mismo en las verónicas, manoletinas, trincherillas que en su entrega en la suerte suprema. Mas no salió el toro requerido para dar ese paso que lo enviara a la gloria. Y es que para los grandes del toreo no es suficiente triunfar, requieren faenas inmortales.

Notas tomadas de la transmisión de Radio Andalucía