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Golpe de estado en Honduras

Hagan lo que quieran, señala el presidente de la Suprema Corte a José Miguel Insulza

El gobierno de facto se niega a restituir a Zelaya y deja la OEA

Extiende el toque de queda al domingo, día en que se espera el regreso del mandatario

Enviado
Periódico La Jornada
Sábado 4 de julio de 2009, p. 15

Tegucigalpa, 3 de julio. Los augurios de José Miguel Insulza, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), quien había anticipado venir sin muchas esperanzas a Honduras, se cumplieron. Al filo de las 10 de la noche, hora local (11 en México), el presidente Roberto Micheletti, quien llegó al poder después de que los militares echaron del país al mandatario constitucional, José Manuel Zelaya, anunció en cadena nacional de radio y televisión que la nación abandona la OEA, y extendió el toque de queda al domingo 5, día en que el gobernante ha anunciado su regreso al país.

Con Micheletti a un lado, la vicecanciller interina, Martha Alvarado, dio lectura a la respuesta del gobierno surgido del golpe de Estado.

Si la OEA cree que en su seno ya no existe espacio para Honduras, Honduras decide renunciar.

El gobierno de Micheletti calificó de unilaterales e indignas las resoluciones que se pretenden imponer, y dijo que la OEA ha variado sus fines y principios.

Como ha insistido desde el golpe, el gobierno interino expresó que en este país no existe una crisis institucional y que, en todo caso, la OEA no es un tribunal de justicia, sino un organismo político que no ha dicho nada frente a amenazas contra la soberanía hondureña, en referencia a expresiones del presidente venezolano Hugo Chávez.

Alvarado había afirmado la víspera que al gobierno interino no le importaba el aislamiento de Honduras, si eso equivalía a haber dado un alto a la embestida de Chávez.

La visión de los golpistas

Un par de horas antes Insulza informaba a la prensa que en su visita le entregaron montones de papeles y le reportaron todo lo que, en la visión de los golpistas, el mundo ignora. Pero en resumen le respondieron con cuatro palabras: Hagan lo que quieran. Eso le dijo Jorge Alberto Rivera, presidente de la Suprema Corte de Honduras.

José Danilo Izaguirre, vocero del magistrado, reseñó la respuesta de su jefe al ex presidente de Chile: La decisión está tomada. Nuestras leyes no se manosean ni se regresan ni se devuelven.

Insulza llegó a esta ciudad alrededor de las 13 horas, en una nave de la fuerza aérea brasileña, al aeropuerto internacional de Toncontín de la capital hondureña, en lugar de la base militar Hernán Acosta Mejía, donde, según informaron medios locales, se le había preparado una recepción con honores castrenses.

Los golpistas le dieron una bienvenida de dientes para afuera, en una manifestación efectuada frente a la casa presidencial, porque desde el lunes los medios hondureños y los voceros oficiosos del gobierno han arremetido contra el chileno, porque busca la relección y es socialista.

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Simpatizantes del mandatario hondureño Manuel Zelaya se manifestaron ayer en Tegucigalpa, en demanda de que el gobernante retome el cargoFoto Ap

Ya por la noche, después de sostener reuniones privadas con representantes de diversos sectores del país, Insulza informó del cumplimiento de la misión encomendada por la Asamblea General de la OEA y dejó en claro que este sábado, en Washington, podría suspenderse a Honduras como miembro del organismo, toda vez que no hay ninguna intención de quienes han tomado el poder de restablecer el orden constitucional.

A lo largo de la tarde, el secretario general de la OEA sostuvo reuniones con candidatos a la presidencia, dirigentes de partidos políticos, diplomáticos, la fiscalía general, dirigentes sociales y con la Conferencia Episcopal.

Antes de convertirse en el segundo país del organismo al que se aplica la sanción prevista en la Carta Democrática Interamericana (después de Cuba, en 1962), Honduras decidió renunciar.

Molesto por preguntas de la prensa local, que sugerían que en Honduras no hubo golpe, Insulza respondió: “Yo no sé cómo llaman ustedes cuando un grupo de militares, mandado por militares, en un operativo militar, saca a un presidente de su casa, lo sube a un avión militar y lo saca a otro país. Eso es un golpe militar”.

El tono de la respuesta de los golpistas, y un anticipo de la inédita ruptura, lo resumió el vocero de la Corte, quien dijo: ¿A cuenta de qué viene a mandar? El no es autoridad en este país.

Insulza recordó, quizá frente a esos argumentos, que todos los estados miembros de la OEA se adhirieron voluntariamente a sus principios y reglas. “Pero ni en las autoridades de facto ni en ningún otro poder del Estado hay disposición para rectificar”.

Al finalizar la conferencia de Insulza, el relator del Parlamento Europeo para el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y la Unión Europea, Willy Meyer, dijo que el siguiente paso es que la comunidad internacional presione más al gobierno golpista. Hay que presionar al máximo. Meyer recordó que el tratado se está negociando y que en la circunstancia actual Honduras no puede estar en la mesa.

El presidente depuesto Manuel Zelaya, en declaraciones recogidas por agencias, dijo que comenzaría a preparar su regreso a Honduras en cuanto Insulza dejara el país.

Voces de los bandos repitieron a lo largo del día que el regreso del presidente Zelaya podría derivar en un baño de sangre. Para los líderes sociales que apoyan el regreso del mandatario, últimos en reunirse con Insulza este día, la resistencia sigue, está creciendo en todo el país, aunque vienen tiempos muy difíciles. Y todavía no se anunciaba la ruptura con la OEA.