La Habana, 28 de junio. Cuba condenó hoy el golpe de Estado en Honduras, reclamó la restitución del presidente Manuel Zelaya y pidió activar los organismos mundiales y regionales, incluyendo al Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), para exigir la libertad inmediata y garantías para la vida de la canciller Patricia Rodas, cuyo paradero se desconoce.

El ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, condenó el brutal y criminal golpe de Estado y denunció el secuestro temporal y el maltrato que sufrió el embajador cubano en Tegucigalpa, Juan Carlos Hernández, a manos de militares encapuchados.

Zelaya había acentuado la relación con La Habana, visitó la isla en octubre de 2007 y en marzo pasado, cuando conversó con el ex presidente Fidel Castro. Durante todo el domingo la televisión cubana usó uno de sus canales en red nacional para un seguimiento especial sobre el tema.

En un enlace telefónico a la cancillería, mientras Rodríguez hablaba con periodistas, el embajador cubano en Tegucigalpa dijo que fue golpeado en varias ocasiones con armas largas, empujado y maltratado por los encapuchados que iban en uniforme militar.

Hernández contó que junto con sus colegas de Nicaragua y Venezuela acudió al llamado de Rodas, para protegerla con la inmunidad diplomática. Agregó que un mayor de apellido Oseguera pidió a la ministra que lo acompañara, a lo que ella se negó.

Los militares avanzaron sobre los cuatro diplomáticos y, entre jaloneos, los llevaron a una base aérea, añadió Hernández. Desde ahí habló a La Habana, pero la conversación fue interrumpida por los uniformados, que le arrebataron el celular y lo subieron a un vehículo que lo dejó abandonado en una carretera.

Rodríguez dijo que los 486 cubanos que trabajan en Honduras, en su mayoría personal médico, permanecen en sus sitios, pero responsabilizó a los militares de la suerte que corran el embajador Hernández y el resto de la misión diplomática de la isla en Tegucigalpa.