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Mis páginas ahora son enteramente suyas, dijo José Emilio Pacheco en el Cenart

Cientos de jóvenes festejaron con poesía, rock y ska al autor de Batallas en el desierto

El escritor no permaneció en el acto, pero agradeció el homenaje por su 70 aniversario

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Al grito de ¡Pachecos uníos!, cientos de jóvenes reunidos en el Cenart festejaron con energía el cumpleaños 70 y la obra de José Emilio PachecoFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Lunes 29 de junio de 2009, p. 7

Al grito de ¡Pachecos uníos!, la banda roquera también celebró los 70 años de vida del poeta José Emilio Pacheco en las áreas verdes del Centro Nacional de las Artes (Cenart).

Con una maratónica lectura de sus poemas, la proyección de un video-homenaje realizado por Rocío Cerón y la participación de diversos grupos, como Nine Rain, Panteón Rococó, Los Magníficos Impostores y Clorofila (Nortec), el festivo reconocimiento, que duró cerca de seis horas, se realizó a un costado de la Escuela Superior de Música y del área verde conocida como La Cañada.

En punto de las 11 horas, los jóvenes comenzaban a congregarse; las palabras del poeta y escritor José Emilio Pacheco hacia ellos fueron breves y cálidas: “No voy a leer un discurso. Me limito a dar las gracias por su presencia y a rogarles que me disculpen, porque, contra mi voluntad, no puedo acompañarlos.

La temporada de lluvias exigió un horario que se cruza con el momento en que debo recibir la Medalla de Bellas Artes. Por tanto, contra mi voluntad, no puedo estar con ustedes. En cambio, el martes no habrá problema, tengo el día entero a mi disposición. Qué mejor manera de celebrar mi cumpleaños que con esta compañía.

El mejor regalo, hacer suya mi obra

El maestro Pacheco, quien estuvo acompañado por su esposa, la escritora Cristina Pacheco; por la titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Consuelo Sáizar; por la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, Teresa Vicencio, y por el director del Cenart, Benjamín Juárez Echenique, consideró: “En el fondo, creo que está bien así. Lo de hoy es una fiesta de la juventud y uno debe tener la discreción de permanecer al margen y cederles todo el escenario. Ustedes me han dado el mejor regalo: apropiarse de lo que escribí, hacerlo suyo, prolongar su efímera vida desde perspectivas que yo ni hubiera alcanzado a imaginar.

Así pues, les entrego con la mejor voluntad mis páginas, que ahora son enteramente suyas. Les renuevo mi más profundo agradecimiento y mis más sinceras disculpas. Muchas gracias de verdad, y nos vemos el martes, se comprometió el poeta, quien recibió de los jóvenes un aplauso, para luego bajar del templete y partir hacia el Palacio de Bellas Artes.

Los chavos se fueron congregando paulatinamente y se inició la lectura de poemas y fragmentos de sus novelas, por actores, actrices y escritores, presentados por Pablo Boullosa. Comenzaron Alberto Estrella y Edith González; cada uno leyó dos capítulos de Batallas en el desierto.

Al grito de ¡Pachecos uníos!, clamor que propuso el también poeta Eduardo Casar, continuó el acto con una lectura de poemas, también en voz de los actores Silvia Mariscal y Fernando Becerril.

En una especie de día de campo para chavos de entre 17 y 22 años, trascurrieron las primeras horas durante las cuales se leyeron los poemas: De algún tiempo a esta parte, Enigmas, El segundero, Definición, Observaciones, Irás y no volverás, El fornicador, Una rosa, las rosas, La flecha, Perra vida, Danzón, Los muertos, La derrota, En resumidas cuentas, México vista aérea y Alta traición, entre muchos otros.

Uno de los más repetidos fue Niños y adultos. Entre los actores, actrices y escritores que participaron se encontraban Roberto Sosa, Ariane Pellicer, Guillermo Murray, Pilar Pellicer, María Elena Aura, Vanessa Bauche y José María de Tavira.

Además, los jóvenes se regocijaron con la música de Los Magníficos Impostores y Nina Rain, pero fue con la participación de Clorofila (Nortec) que se despabilaron.

El apacible día de campo devino celebración. Las primeras gotas de lluvia empezaron a caer. De pie, los cientos de chavos reunidos empezaron a moverse, ansiosos y festivos, por escuchar al grupo más esperado.

Una lectura más de poemas y se desató la energía, el eslam, los gritos, la fiesta; la joven banda roquera celebraba así, con la telúrica música de Panteón Rococó, los 70 años de vida del maestro, del poeta José Emilio Pacheco.