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Ver día anteriorDomingo 14 de junio de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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La tinta negra y roja
E

se sencillo enunciado es el título de una antología de poesía náhuatl verdaderamente notable. El libro que publica Era, Galaxia Gutenberg/ Círculo de Lectores y El Colegio Nacional, es obra de Miguel León-Portilla y está ilustrado con bellas y coloridas pinturas de Vicente Rojo. Meterse a sus páginas es entrar a un mundo fascinante que nos muestra la cosmovisión de los antiguos mexicanos mediante sus composiciones poéticas con connotaciones religiosas, líricas, guerreras y, sorprendentemente, también eróticas.

Asimismo encontramos relatos legendarios acerca de los orígenes divinos, cósmicos y humanos y relatos de contenido histórico o didáctico, muchos de ellos portadores de lo que fue la arraigada sabiduría de los pueblos nahuas. Esa misma palabra es la adecuada para describir a León-Portilla, sabio, en la más amplia extensión de la palabra.

Él ha dedicado su vida al estudio de la cultura náhuatl desde las más diversas perspectivas, sacando a la luz el alma de un pueblo que fue brutalmente sojuzgado y cuya rica cultura logró en gran medida sobrevivir gracias a los afanes de hombres como Bernardino de Sahagún y Andrés de Olmos. Estos frailes humanistas, no obstante la destrucción de la gran mayoría de los antiguos amoxtli (libros o códices), se ocuparon en salvar del olvido cuanto les pareció que importaba conservar.

León-Portilla, digno heredero de estos hombres de excepción, en una labor titánica, ha traducido e interpretado cientos de textos, compenetrándose profundamente en el alma de la cultura nahua, lo que le ha permitido transmitir lo que Sahagún describió como palabras que constituían razonamiento, lleno de muy buena doctrina en lo moral y que tienen maravilloso lenguaje y muy delicado, metáforas y admirables avisos.

Según explican Coral Bracho y Marcelo Uribe, quienes realizaron la selección de los poemas, se busca dar una aproximación acerca de la sensibilidad poética que permeaba la mirada de los nahuas “en los momentos más lúcidos de las traducciones de Miguel León-Portilla, la persona que –sin duda– más se ha acercado, y desde la más honda sabiduría y la sensibilidad e inteligencia más finas, a las profundidades del mundo náhuatl”.

En la interesantísima introducción que constituye una obra fundamental en sí misma, León-Portilla nos aclara el significado del título: La tinta negra y roja es expresión del género de los difrasismos o vocablos pareados muy abundantes en náhuatl, que metafóricamente connotan determinadas ideas y objetos. Nos lo ejemplifica con la exhortación a un joven estudiante, que aparece en el Códice Florentino:

Cuida de la tinta negra y roja

los libros, las pinturas,

colócate junto y al lado

del que es prudente, del que es sabio.

Nos enteramos de lo que significan los difrasismos , que se integran con dos vocablos de cuyo acercamiento brota un concepto que ilumina lo que se quiere significar. Por ejemplo: in xochitl, in cuicatl flor, canto, para aludir a la poesía, el arte y la belleza. Sorprende saber que otro elemento de la poesía náhuatl es la presencia de ritmo y medida. Ésta se entonaba al son de la música en las fiestas, con la participación de la comunidad.

Todos los poemas que aparecen en el libro van acompañados del texto en náhuatl, lo que permite, apreciar su dulzura y musicalidad. Hay muchos poemas verdaderamente conmovedores y de una gran belleza y espiritualidad. La obra nos permite constatar que la cultura náhuatl permanece en muchos aspectos de nuestra vida presente. Además de en las artes, la herencia lingüística lo permea todo: los productos alimenticios, la toponimia, los utensilios, la cocina, los nombres de plantas y animales, la relación con el clima, con la medicina, con el espacio, con el tiempo, con la muerte. Es un libro imprescindible que nos proporciona gran disfrute y nos hace sentir orgullosos de nuestras raíces nahuas. Hoy nos quedamos sólo con el banquete espiritual, pues ya se me acabó el espacio.