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Se haría cargo de lavandería, cocina, mantenimiento y limpieza, indica Patiño Arias

El gobierno prevé subrogar a la IP los servicios en los 12 nuevos penales

Recuperaría la inversión en un plazo de entre 20 a 25 años

Grave sobrepoblación carcelaria

 
Periódico La Jornada
Jueves 4 de junio de 2009, p. 5

El proyecto para la construcción de 12 nuevas prisiones de carácter federal prevé que la iniciativa privada aporte el capital para la edificación de los inmuebles y, a cambio, además de devolverle su inversión en un plazo de entre 20 y 25 años, se le otorgará la subrogación de servicios como lavandería, cocina, mantenimiento y limpieza de las instalaciones.

En entrevista con La Jornada, el subsecretario del Sistema Penitenciario Federal, Patricio Patiño Arias, señaló que en México no se aplicaría el esquema audaz de los chilenos de soltar todo.

Las 12 nuevas prisiones, de acuerdo con la Estrategia Penitenciaria 2008-2012, elaborada por la Secretaría de Seguridad Pública federal, se construirían en Sonora, Chihuahua, estado de México, Jalisco, Baja California, Nayarit, Morelos, Quintana Roo, Puebla, Guerrero, Chiapas y el Distrito Federal, por ser las entidades que mayor número de sobrepoblación carcelaria registran.

En ese contexto, cinco de las diez prisiones del Distrito Federal, los reclusorios Norte, Sur, Oriente, Varonil de Santa Martha Acatitla y la penitenciaría, presentan en conjunto una sobrepoblación de 14 mil 912 internos; estado de México, 8 mil 337; Jalisco, 6 mil 696; Sonora, 5 mil 948; Baja California, 4 mil 823; Puebla, 2 mil 639; Morelos, mil 532; Chiapas, mil 480; Nayarit, mil 266; Guerrero, mil 87, y Quintana Roo, mil 24.

En el caso de Chihuahua, aunque su sobrepoblación es de apenas 67 internos, en realidad la cifra de los que están siendo juzgados o que ya fueron sentenciados por la comisión de delitos federales –contra la salud y delincuencia organizada, homicidios dolosos– supera el 50 por ciento de la población penitenciaria.

Al respecto, Patiño Arias informó que con la remodelación o puesta en marcha de los penales que eran de autoridades locales y fueron transferidos a la Federación –Huimanguillo, Tabasco; Guasave, Sinaloa; Papantla, Veracruz, y Monclova, Coahuila–, se reducirá en 30 por ciento la sobrepoblación carcelaria.

Asimismo, la edificación de las otras prisiones en las que participaría la iniciativa privada reduciría otro tercio la sobrepoblación.

El funcionario explicó así el proyecto: En la medida de lo posible generar alianzas público-privadas para construir infraestructura y, si fuese el caso, concesionar servicios penitenciarios; por supuesto que la parte de la concesión no tiene nada que ver con máxima seguridad, sino con mínima y mediana, para que pueda ser un esfuerzo de éxito el que se haga.

Expuso que se han desarrollado cuatro tipos de concesiones a la iniciativa privada en materia de prisiones, “que se conocen como DBOT (en el mundo sajón): D de diseño, B de construcción, O de operación y T de transferencia. Gobiernos como el de Chile tienen una experiencia exitosísima en DBOT, pues lo que concesionaron fue todo: desde el diseño de la cárcel a la construcción, la operación, pero esta última no es nada más la hotelería penitenciaria, por así decirlo, que serían la lavandería, la cocina, el mantenimiento y la limpieza, no. Concesionaron el proceso de reinserción asociado a indicadores específicos en los temas de reinserción y no reincidencia.

Es un modelo muy exitoso, y al final es obra y servicios públicos concesionados a un plazo de 20 a 25 años; luego se transfiere al Estado en las mejores condiciones de equipamiento e infraestructura, porque se ha dado mantenimiento.

–En el caso mexicano, ¿la seguridad la prestaría el Estado?

–El asunto es inalienable, la seguridad, en el caso chileno, la da gendarmería y todo lo demás lo abren al sector privado.

–¿Aquí se haría igual?

–Estados Unidos lo que hace es diseñar y construir, y concesiona la hotelería, la reinserción de los servicios; Francia lo que hace es un BOT, porque el diseño lo encargan y lo hacen burós penitenciarios que están viendo procesos sicológicos asociados a la reinserción desde el punto de vista de la arquitectura; son despachos específicos que elaboran el diseño de una cárcel pensando en la sicología de un interno y en cómo la arquitectura influye en la psique de los ahí recluidos.

Ahora bien, en el caso de México no habría que invertir en diseños, sí en la construcción, sí en la operación (lavandería, cocina, limpieza y mantenimiento) y en la transferencia; entonces creo que nosotros estaríamos más en el esquema DBOT que en el esquema audaz de los chilenos de soltar todo.