Opinión
Ver día anteriorLunes 25 de mayo de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Desde el otro lado

El drama se repite

L

a semana pasada los electores de California acudieron a las urnas para votar sobre diversas propuestas de ley. Una de esas proposiciones era de vital importancia para disminuir el astronómico déficit del estado por 21 mil a 15 mil millones de dólares, mediante una combinación de aumento en los impuestos y reducción del gasto.

Congruentes con su ideología, los republicanos se opusieron a la propuesta por considerar inadmisible un aumento en los impuestos. Los demócratas también se opusieron porque reducía el gasto en sectores como la educación y la salud. Como se esperaba, la propuesta fracasó al recibir una significativa mayoría de votos en contra.

Al día siguiente de la votación, el gobernador republicano Arnold Schwarzenegger declaró una serie de recortes draconianos al presupuesto y no fue sorpresa que las áreas más afectadas serán la educación y la salud.

Amplios sectores de la población dejarán de recibir servicios médicos debido a la falta de personal, material y equipo. En las escuelas públicas, en las que se imparte el ciclo de enseñanza obligatoria, menos maestros tendrán que atender un número mayor de alumnos en aulas ya de por sí abarrotadas. Las universidades públicas aumentarán significativamente las colegiaturas, afectando a los estudiantes de más bajos recursos. Los perdedores de siempre serán quienes no tienen la oportunidad de asistir a escuelas, universidades y hospitales privados, donde las cuotas son prohibitivas.

Las causas de la crisis económica en California son las mismas que el resto de la nación, aunque en el caso de este estado hay por lo menos dos antecedentes que la agravan. Hay un gobernador republicano que hace cinco años, consecuente con la ideología de su partido, decidió un sensible recorte de impuestos favorable a los estratos de más ingresos. Además hay una legislación que, a diferencia de otros estados, ordena que el presupuesto sea aprobado por dos terceras partes de sus integrantes. Ninguno de los dos partidos en la Asamblea de California ha alcanzado ese porcentaje desde hace varios años, y la única forma de aprobarlo ha sido con negociaciones de última hora que no han satisfecho a nadie y que al final de los últimos años han ocasionado sucesivos déficit en las finanzas estatales. El resultado es que California está al borde de la quiebra, con un desempleo por arriba de 11 por ciento y sin una vía clara para salir de esta situación.

No hay que aguzar mucho la imaginación para prever que los recortes anunciados afectarán a la población que más necesita un trabajo, incluidos los trabajadores indocumentados. Esperemos que en esta ocasión los sectores más conservadores se abstengan de emprender ominosas campañas para que se suspendan toda clase de servicios a quienes no poseen documentos migratorios. Veremos cuál es el desenlace.