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Irrumpen en el desfile de conmemoración del primer grito libertario de América

Indígenas bolivianos recuerdan actos de racismo sufridos hace un año en Sucre

La tensión no se resolverá mientras haya radicales en gobierno y oposición, dice abogado regional

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Indígenas bolivianos protestaron ayer en Sucre contra la discriminación racial e hicieron un llamado a la unidadFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Lunes 25 de mayo de 2009, p. 32

Sucre, Bolivia, 24 de mayo. Las tensiones raciales resurgieron este domingo en la ciudad boliviana de Sucre, cuando miles de indígenas irrumpieron en un engalanado desfile conmemorativo del bicentenario del llamado primer grito libertario de América.

Los indígenas, en gran parte seguidores del presidente izquierdista Evo Morales, no celebraban la gesta libertaria de la que se enorgullece la capital constitucional de Bolivia, sino que recordaban un episodio racista que hace un año agudizó las tensiones políticas en el empobrecido país.

Esta tensión no se resuelve mientras haya radicales en ambos lados (gobierno y oposición), dijo el abogado sucrense Alberto Prieto, minutos después de que los indígenas desfilaron por la plaza principal de Sucre.

Pero fue un buen primer acto de paz, agregó, en referencia al paso sin incidentes de los manifestantes rurales por la misma plaza en la que el 24 de mayo de 2008 decenas de indígenas fueron desnudados y obligados a besar el suelo y gritar consignas antigubernamentales.

Morales, primer presidente indígena de Bolivia y quien no visita oficialmente Sucre desde que fue abucheado por activistas opositores hace casi dos años, presidirá el lunes la celebración del bicentenario en un pueblo rural a 200 kilómetros de la ciudad, sin la presencia de autoridades locales.

Los indígenas gritaron consignas contra el racismo y en favor de la unidad cuando pasaron por la plaza sucrense, en un desfile custodiado por la policía al que se sumaron organizaciones de derechos humanos.

Aplaudan, aplaudan, dijo un policía casi susurrando a vecinos apretujados en una de las esquinas de la plaza, desde donde surgían tímidos silbidos de rechifla y gritos aislados de ¡vendidos (al gobierno)! que, al final, terminaron aplacados por el aplauso general.

No va a ser fácil olvidar lo ocurrido hace un año, pero hoy estamos mostrando que Sucre no es racista, dijo a reporteros Fidel Herrera, quien presidía hace un año el concejo municipal de la ciudad y hoy es uno de media decena de procesados por, presuntamente, alentar la humillación a los indígenas.

Tras el tenso desfile por el centro citadino, los indígenas se congregaron en una plaza periférica, donde realizaron un acto de desagravio y renovaron su respaldo al proceso de cambio que impulsa Evo Morales.

Hoy es un día histórico contra el racismo, hemos vuelto a pisar el mismo suelo en el que nuestros hermanos fueron humillados, dijo Esteban Urquizo, líder de la Federación de Pueblos Originarios de Chuquisaca, el departamento que tiene también a Sucre por capital.

La ciudad sureña fue sede de la asamblea que redactó la Constitución boliviana aprobada en enero en un referendo nacional, que redefinió a Bolivia como Estado plurinacional, con presencia garantizada de los indígenas en los poderes Legislativos y Judicial y una economía controlada por el Estado.

La nueva Constitución autoriza la relección presidencial inmediata, que Morales buscará en diciembre con el declarado propósito de continuar reformas iniciadas en 2006 con la nacionalización de la vital industria petrolera, cuyo negocio principal es la exportación de gas a Argentina y Chile.