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Ver día anteriorDomingo 24 de mayo de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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La marcha del mercado petrolero
U

n dato para observar. De la última semana de diciembre a la fecha el petróleo de referencia internacional –el West Texas Intermediate– ha subido casi continuamente. Sí, efectivamente, el 19 de diciembre el WTI se cotizó en 33.87 dólares por barril. Este viernes esta misma cotización fue de 61.67 dólares por barril (57.27 para nuestra mezcla), casi 28 dólares por barril superior a la de vísperas de Navidad, aunque muy por debajo de los casi 150 dólares de julio pasado.

¿Cómo explicar esto, si la dinámica económica mundial está en franco retroceso y el consumo de petróleo ha caído? ¡Y vaya que ha caído! En 2007 el consumo mundial de crudo fue del orden de 85.2 millones de barriles (86.2 según otras fuentes). Y en 2008 bajó en cerca de 500 mil barriles. Y para este año se estima un descenso de más de un millón y medio, casi un millón 800 mil barriles diarios. Es decir, entre 2007 y 2009 se acumula una baja de más de 2 millones de barriles al día en el consumo mundial de petróleo. Muy fuerte. Nunca antes vista.

¿Por qué, entonces, el precio no permanece en su sótano de diciembre pasado, incluso más abajo? ¿No nos dice la teoría económica convencional que ante la baja de demanda el precio debe bajar? Pues sí…eso dice…pero…Una visión teórica alternativa exigiría señalar que pese al descenso reciente y drástico de la demanda, el nivel actual del consumo (84 u 83 millones de barriles, según la fuente) exige la producción de yacimientos con costos de producción alto.

No sólo porque la hipotética producción a la máxima capacidad de los petroleros de bajos costos –OPEP del Pérsico, primordialmente– sería insuficiente. No, no sólo. Sino porque, además y con un astucia a veces peligrosa, estos productores –en realidad todos los de la OPEP– han disminuido su oferta en vinculación con la baja de la demanda. Esto ha obligado a dos acciones relativamente irrenunciables. Primero, un uso más intensivo de los inventarios, los que han disminuido en casi 3 millones de barriles en este primer semestre de 2009, lo que por cierto presiona momentáneamente a los precios. Pero también a una menor disminución de la producción de petroleros fuera de la OPEP (prácticamente todos los productores han tenido que disminuir su producción) siempre de costos de producción más elevados. Más allá de las dinámicas monetarias y especulativas que también obligan a elevar precios del crudo (en general de todas las mercancías primarias o commodities, como se las llama en el ambiente de los mercado spot internacionales), el precio actual debe pagar a productores con costos más elevados. Y con mayor razón lo deberá hacer cuando en 2010 la demanda –como estima la mayoría de los analistas–, empiece a recuperarse. La débil regulación –casi consustancial a este capitalismo de casino–, deberá cuidar que no se vuelva a especular con esas famosas commodities.

Si eso es así, el precio del crudo no deberá subir hasta los terribles niveles alcanzados en junio y julio de 2008. Pero deberá pagar a los productores caros necesarios para satisfacer la demanda. El debate actual lo coloca entre 70 y 80 dólares. Y aunque la OPEP regrese los niveles de oferta previos a la crisis, la expansión de la demanda mundial exigirá nuevos productores. OPEP y, sobre todo y por razones geopolíticas, No-OPEP, la mayoría de ellos de muy altos costos de producción.

Y, en consecuencia, en el mundo se seguirán transfiriendo volúmenes importantes de riqueza social a los productores petroleros de menores costos de producción. Con todo y todo, México entre ellos. Aquí una gran oportunidad. Pero también un terrible riesgo, latente en tanto no se encuentren los sustitutos firmes del petróleo, o se sustituyan las tecnologías que dependen de él, primordialmente la del transporte actual, dispendioso, contaminante, absurdo y regresivo. En este marco es necesario entender que el año pasado el gobierno federal recibió poco más de 80 mil millones de dólares por concepto de renta petrolera.

Y que este año –con todo y baja de precios, de producción y de exportaciones– recibirá cerca de 45 mil millones de dólares por ese concepto. Y –muy probablemente– en 2010 una cifra similar. Para recordar la importancia de esta renta petrolera captada por el gobierno, sólo recordemos que por concepto de IVA se captaron 42 mil millones de dólares en 2008. Es mucho dinero. Y todavía primordialmente a cuenta de nuestro pobre Cantarell. Por eso cuando se habla de la necesidad de una reforma fiscal en serio (digo en serio), uno debiera respaldar una iniciativa que formule nuevos impuestos. ¿Cuáles? A los cambios de propiedad –sobre todo empresarial, bancaria y financiera–, a los rendimientos bursátiles, a las utilidades empresariales, a las ganancias financieras y especulativas, entre otros.

Pero de eso no se habla… Nunca…Sólo se piensa en ISR y en IVA. Y no por falta de creatividad, sino de compromiso con los que menos tienen. De veras