Opinión
Ver día anteriorSábado 23 de mayo de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Los de Abajo

Acción alternativa ante la urgencia sanitaria

M

uchas lecciones se habrán de recoger a partir de la aparición pública del virus de la influenza A/H1N1. Una de ellas es, ante la torpeza, desinformación y manipulación gubernamental en el manejo de la crisis, reflexionar sobre la capacidad de respuesta autónoma para mantenerse informados y diseñar planes de contingencia alternativos, responsables y autogestivos.

Las trabajadoras sexuales de La Merced, organizadas en la Brigada Callejera, integran uno de los pocos sectores que de inmediato asumieron la responsabilidad de tomar la emergencia en sus manos. Las mujeres que trabajan en las calles fueron de las primeras en resentir el peligro sanitario y los efectos económicos en su jornada diaria. De un promedio de más de cinco clientes al día, en las últimas semanas logran uno o dos servicios, que apenas les alcanzan para comer, en el mejor de los casos.

Tres días después del intempestivo y torpe anuncio gubernamental sobre la emergencia del virus, el programa de salud comunitaria de Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez implementó una campaña de salud entre trabajadoras y trabajadores sexuales, sus clientes y parejas, con tres ejes fundamentales: la prevención, el diagnóstico temprano y la atención oportuna de personas afectadas por el virus de la influenza A/H1N1, con atención especial hacia mujeres embarazadas y personas que viven con VIH/sida.

La prevención incluye una campaña informativa en todos los puntos de encuentro de la Red Mexicana de Trabajo Sexual en el país, la capacitación de trabajadoras sexuales como promotoras de las medidas de prevención, tales como: no besarse con los clientes, lavarse las manos varias veces al día con agua y jabón y/o con alcohol en forma de gel, el uso de Lysol espray en lugares cerrados y en los cuartos y privados, no compartir el uso de botellas de agua desechables y tampoco utilizar de forma simultánea utensilios de cocina, lápiz labial y otros productos buco-dentales.

La campaña autónoma de las trabajadoras sexuales contempla difundir en las calles y lugares de trabajo los síntomas de la enfermedad pero, sobre todo, lograr que cada trabajadora sexual, cada núcleo y cada regional, elaboren sus respectivos planes de contingencia.

Se trata, como advierte el sector de la otra salud, de ir más allá de la simple crítica a las medidas del Estado, y de proponer una alternativa y una estrategia sanitaria de abajo y a la izquierda: No a la desconfianza del otro. No a la inmovilización. No a la obediencia por miedo. No a la desinformación. Sí a la movilización, a la organización, a la solidaridad, a la confianza, a la vida. Sí a la organización informada y responsable.