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Los inculpados pretendían una jihad; no tienen conexiones internacionales: jefe de policía

Frustra la FBI atentados contra dos sinagogas en Nueva York; 4 detenidos

Agentes infiltraron al grupo desde hace un año y les proporcionaron explosivos falsos

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El imán Muhamad Shamsi, del Centro Cultural Islámico de Nueva York (a la izquierda), y el rabino Marc Schneier, presidente de la Fundación para la Comprensión Étnica, condenaron ayer la intención de atentar contra dos sinagogas y celebraron el arresto de los implicadosFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 22 de mayo de 2009, p. 27

Nueva York, 21 de mayo. Cuatro individuos fueron detenidos y acusados de conspirar para perpetrar atentados contra dos sinagogas en Nueva York; el grupo estaba infiltrado por agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), lo que ayudó a evitar una tragedia.

Eran criminales importantes que querían “hacer la jihad (guerra santa)” y causar daños significativos, afirmó este jueves el comisionado de policía, Raymond Kelly.

Querían matar gente, aseguró Kelly en una rueda de prensa cerca de la sinagoga y el centro judío de Riverdale, en el Bronx, donde los cuatro individuos fueron detenidos el miércoles mientras intentaban colocar lo que creían eran explosivos, mismos que les habían proporcionado los agentes infiltrados de la FBI.

La policía de Nueva York, agregó el alcalde Michael Bloomberg, quien también participó en la conferencia de prensa, ha evitado lo que podría haber sido un terrible acontecimiento.

Según Kelly, los detenidos no podrán salir bajo fianza y todos tienen antecedentes penales, como el presunto cabecilla del grupo, James Cromitie, un estadunidense de 53 años con 27 arrestos en su historial.

Los otros miembros del grupo son David Williams y Onta Williams (estadunidenses) y Laguerre Payen (haitiano), todos ellos se convirtieron al islam en prisión.

Hicieron declaraciones antisemitas, sostuvo Kelly.

Aseguró que los hombres actuaron solos y que no tienen conexiones con el terrorismo internacional. Todos fueron inculpados de conspiración para detonar una bomba y planear un ataque con misiles tierra-aire de tipo Stinger contra aviones militares en una base del aeropuerto Stewart de Newburgh, localidad del norte de Nueva York, donde residían.

Los sospechosos cayeron en una trampa tendida desde el año pasado por las autoridades por medio de un informante, explicó la fiscalía del distrito sur de Nueva York en un comunicado.

Kelly relató la emboscada del pasado miércoles durante la cual los cuatro individuos colocaron lo que creían eran bombas, suministradas por los agentes de la FBI que se habían infiltrado desde hace un año.

Tras colocar las supuestas bombas en vehículos cerca de los objetivos judíos, los cuatro sospechosos regresaron a una camioneta y ahí fueron abordados y detenidos por agentes que los vigilaban. Kelly insistió en que los supuestos explosivos en realidad era material desactivado que no ponía en riesgo a nadie.

En otro orden, el ex vicepresidente Dick Cheney reiteró este jueves su defensa de las políticas de seguridad del gobierno de George W. Bush, y dijo que volvería a tomar las mismas decisiones sin dudarlo, incluidos los controvertidos métodos de interrogatorio, como el waterboarding (ahogamiento simulado), porque salvaron vidas.

Agregó que traer a Estados Unidos a los peores terroristas desde la prisión de Guantánamo –que el presidente Barack Obama prometió cerrar– sería un gran peligro.