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Recomienda su uso en el transporte público y para personas enfermas

El cubrebocas sólo tiene utilidad en espacios cerrados, afirma el Cenavece

Confirma que el virus de la influenza prácticamente no sobrevive en el medio ambiente

 
Periódico La Jornada
Jueves 30 de abril de 2009, p. 10

El uso del cubrebocas para reducir el riesgo de contagio de influenza sólo tiene alguna utilidad para las personas que se encuentran en espacios cerrados, donde existan aglomeraciones, como el transporte público. En la calle no es necesario, pero si la gente se siente más tranquila lo puede utilizar, no causa ningún daño, afirmó Miguel Ángel Lezana, director general del Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades (Cenavece).

Dijo que la distribución masiva de estos insumos, incluso con apoyo del Ejército, ha sido para responder a una demanda de parte de la población, y no tanto porque sea una estricta recomendación de las autoridades sanitarias.

Sin embargo, desde el inicio de la emergencia sanitaria, junto con el anuncio de las medidas preventivas, como la suspensión de actividades escolares en todos los niveles educativos del Distrito Federal y estado de México, se generalizó el uso de estos insumos entre la población y en cualquier lugar.

Incluso se han registrado largas filas en farmacias, desabasto y altos precios de estos artículos, a pesar de que su uso sólo está recomendado para las personas enfermas, a fin de que se evite la transmisión del virus y en el transporte público.

Desde el inicio de la emergencia sanitaria, el pasado 23 de abril, el secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, recomendó la utilización del protector de boca y nariz en estos casos.

Luego, el presidente Felipe Calderón lo ha mencionado en al menos tres ocasiones, pero sólo cuando se utilice el transporte público.

En una amplia conferencia de prensa con corresponsales extranjeros, efectuada la tarde del martes, Miguel Ángel Lezana puntualizó que la porosidad de los cubrebocas permite fácilmente el paso de las partículas, además de que el virus prácticamente no sobrevive en el medio ambiente. En cuestión de segundos pierde su habilidad, sobre todo si no se encuentra en lugares húmedos, indicó.

En cambio, el uso del cubrebocas es de utilidad cuando se está cerca de personas enfermas, quienes al hablar, toser y estornudar pueden expulsar el virus en la saliva y contagiar a quienes se encuentren a menos de 50 centímetros de distancia, explicó.

Respecto al personal de salud que atiende a estos pacientes en los hospitales, el director del Cenavece afirmó que ellos sí deben estar protegidos, pero con mascarillas de alta seguridad, las denominadas N95.

De manera particular se refirió a los médicos y enfermeras de las áreas de urgencias, terapia intensiva y los pabellones en los que se ha dispuesto el internamiento de los afectados por el virus de influenza, en quienes la mascarilla N95 los protege hasta en 95 por ciento del contagio.

Lezana señaló que como parte de la reserva estratégica que tiene la Secretaría de Salud (Ssa) en prevención de una pandemia de influenza, se cuenta con este tipo de mascarillas de alta seguridad. Insistió en que el resto del personal de los hospitales que no están en las áreas de hospitalización donde se encuentran los enfermos de influenza, están exentos del riesgo de transmisión.