La Organización Politécnica Nacional realizó ayer un homenaje póstumo a doña Amalia Solórzano, al cual acudieron el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, su esposa Celeste Batel y su hijo Cuauhtémoc, así como el director general del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Enrique Villa Rivera.

En el auditorio Alejo Peralta de esta casa de estudios, Cárdenas y Villa Rivera presentaron, respectivamente, una semblanza de la viuda del presidente Lázaro Cárdenas.

Cárdenas Solórzano dijo que su madre se distinguió por la discreción de su conducta, reacia a las reflectores. Tuvo conciencia de sus fortalezas, de las dimensiones de éstas y de sus alcances. Creía en la razón y el convencimiento, no en la imposición, manifestó.

Su vida, insistió, siguió una línea recta. Congruente en sus ideas, compromisos y hechos, mujer de presencia fuerte y decidida, valiente frente a  situaciones adversas. Alegre, cariñosa, agradecida y generosa así estará siempre presente, definió.

Villa Rivera dijo, por su parte, que el homenaje era para una gran figura, una mujer que estuvo al lado del IPN desde su fundación, y quien acompañó al instituto durante casi 73 años. Luchadora social y activista incansable, manifestó.

Rendimos homenaje póstumo a esta gran y querida mujer, testigo y protagonista de un siglo de la historia moderna de nuestro país, afirmó.

Más tarde, en entrevista, Cuauhtémoc Cárdenas dijo que veía el clima electoral normal, calentándose como debe ser en estos momentos para arrancar formalmente las campañas; vamos a ver qué nos proponen los candidatos.

Resaltó que las campañas dejan ver quien es quien; sirven para ver cuál es la calidad de las organizaciones y candidatos.

También, afirmó que ve al PRD preparándose para obtener los mayores logros posibles.

En el lugar hizo acto de presencia, por un espacio de alrededor de 15 minutos, el presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Ortega Martínez.