Los Ángeles, 14 de abril. Con parafernalia y entre lágrimas, el Golden Boy colgó los guantes. En conferencia de prensa, Óscar de la Hoya, 10 veces campeón mundial de boxeo en seis categorías diferentes, anunció su retiro del circuito profesional a los 36 años de edad, para dedicarse a la promoción de combates.

La decisión llegó luego de varias sinceras conversaciones con mi familia y amigos, indicó el mexicano-estadunidense, quien enfatizó que seguir peleando sin estar al máximo nivel no sería justo para sus simpatizantes.

Con 17 años de experiencia en el circuito profesional, De la Hoya tuvo un récord de 39 victorias, 30 por nocaut, y seis derrotas. Su declive boxístico inició la noche del 18 de septiembre de 2004, cuando perdió por nocaut ante el estadunidense Bernard Hopkins.

De los recientes siete combates que disputó, el Golden Boy perdió cuatro y fue el del 6 de diciembre de 2008, en Las Vegas ante el filipino Manny Pacquiao, el que detonó su retiro.

En esa pelea me di cuenta que ya no tenía los reflejos ni la potencia acostumbrada y eso me llevó a tomar esta decisión, admitió, y agregó: desde hacía un tiempo me daba cuenta que ya no poseía el mismo empuje para entrenar, me costaba levantarme en las mañanas para hacerlo. Los años no pasan en vano.

Comentó que su carrera “ha estado llena de magia y estoy eternamente agradecido con todas las personas que lo hicieron posible. Agradezco profundamente a los aficionados que me bañaron con sus aplausos, apoyo y consistentemente me sostuvieron a través de 17 años.

Creo que el verdadero significado de mi carrera no estaba en ganar o perder, sino en el don de compartir mis peleas con todos ellos, agregó el pugilista que más altos ingresos alcanzó en la historia del deporte sin ser peso completo. Recaudó más de 696 millones de dólares en 19 carteleras por el sistema de pago por evento.

El boxeo ha sido la parte más importante de mi vida, y aunque echaré de menos el cuadrilátero, sé que es tiempo de dar un paso al lado del deporte competitivo y estar más activo en otros aspectos que ya están en marcha, concluyó De la Hoya, antes de remarcar:

Me retiro como peleador, pero no del boxeo, ya que se abocará a su promotora Golden Boy y procurará dedicar mayor tiempo a su familia.

Estoy muy orgulloso de mi hijo y sé que él ha logrado todo lo posible en el tinglado. Ahora es el momento de disfrutar a su familia y de dedicarse en serio a todas las otras oportunidades que le esperan, afirmó su padre, Joel de la Hoya, quien lo inició en el deporte de los guantes.

Óscar de la Hoya ha dejado un legado imborrable dentro y fuera del ring. Ha hecho orgullosa a la ciudad, no sólo por sus 10 campeonatos en seis divisiones, sino por nunca olvidar sus raíces y dar algo de regreso a su comunidad, dijo en su turno el alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa.