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Después de tres años de ausencia, Niña Pastori regresa con un cedé de raíces flamencas

Esperando verte tiene un sentimiento que difícilmente volveré a alcanzar”

Los temas abarcan desde tangos, fandangos y bulerías, hasta beats setenteros, dijo en entrevista

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Niña Pastori dijo en entrevista desde Madrid que aún no tiene fecha para presentarse en MéxicoFoto cortesía de la disquera
 
Periódico La Jornada
Sábado 4 de abril de 2009, p. a10

La cantante gaditana Niña Pastori rompió el silencio discográfico de tres años y presenta ahora la producción Esperando verte, séptima de su carrera de 18 años.

Ahora retoma sus raíces familiares y culturales flamencas en 11 temas, donde también se escucha una propuesta más abierta.

En entrevista telefónica desde Madrid, España, expresó que este cedé “es más flamenco, siempre dentro de mi línea; hay tangos, mineras, soleá, bulerías, alegrías, fandangos de Huelva, dos canciones en mi estilo y... Esperando verte”.

El tema que da título al cedé está dedicado a su hija Pastora, que se gestó y nació durante la grabación. He grabado el disco embarazada y dos meses antes de parir aún estaba metiendo la voz. La canción tiene un rollo setentero muy guapo y, como todo el álbum, un sentimiento que será difícil que vuelva a alcanzar. Cada vez que cantaba sentía que Pastora se movía. Es un trabajo lleno de ilusión.

Todas las canciones fueron compuestas por Pastori y Chaboli, su marido y productor. Participaron los guitarristas Diego del Morao, José Miguel Carmona (ex Ketama) y Vicente Amigo.

El disco lo veo chulo, flamenco, hecho con todo el cariño, y sencillo de producción.

Ritmos y compases

Capricho de mujer, primero de la lista, “mezcla un aire de rumba-tango suave con olor a salitre y cadencias de la bossa brasileña en los primeros compases; potencia el ritmo según avanza el tema y desemboca en un estribillo contundente.

“Sigue Pintaré de azul, que comienza coral, sólo con palmas, para transformarse en bulería por derecho, armonizada de manera contemporánea, alejada de los tres acordes clásicos y con único acompañamiento de guitarras flamencas y cajón.

Amores y besos está tratada con enorme delicadeza, preciosista, con un fondo de castañuelas muy poco habitual en el flamenco contemporáneo.

Vagabundo, introducida por el piano, es cardinal y diáfana. En Somos marineros llega la alegría, la luz, el poderío sostenido con sencilla brillantez. Viento de la tierra mía retoma la bulería en un canto terrenal. Dentro de mi corazón cierra el álbum de manera sorprendente, con un beat casi disco que evoca a la rumba pop de los años 70.”

El flamenco viene del vientre

Es una artista que no se ha estancado: Siempre queremos hacer las cosas lo mejor posible. Así, en este disco están mis raíces y un flamenco más a mi modo, más abierto, fusionado. Dentro del flamenco se pueden hacer muchas cosas. Es una música muy profunda, con diferentes ritmos. Hoy se puede decir que tiene otra mentalidad y hay mucho por hacer.

Como en todos los estilos y ritmos, en el flamenco incursionan improvisados del rock o la balada, por ejemplo. Sobre esto, opinó: “Lo que pasa es que el flamenco es una música que normalmente tiene que venir desde pequeño y de familia, y vivirla prácticamente desde que estás en el vientre de tu madre. Luego lo aprendes a lo largo de los años y puedes hacerlo muy bien, pero es un tipo de música complicada. No es fácil de aprender, como otros estilos.

Debo decir que en esto todo depende del talento y del oído de cada quien. En mi caso, ahora que soy mamá, creo que soy más fuerte para cantar.

Añadió que no tiene aún fecha para venir a México. Ahora me encuentro de gira aquí, en España. Tal vez, si Dios quiere, estaremos allá en octubre o noviembre.