Lo ácido y crítico de su trama la muestran por momentos hiriente, despiadada. No sólo por demostrar que el amor no siempre es suficiente para mantener sólida una relación de pareja, también porque alude de forma inclemente al quebranto humano, a cómo la falta de asideros emocionales, ideológicos y éticos que caracteriza a nuestra época conlleva a la autodestrucción.

El buen canario, escrita por el joven dramaturgo estadunidense Zach Helm a los 22 años, es una obra teatral directa, inclusive descarnada, aunque sin caer en las vanas lamentaciones ni la victimización de sus personajes. Tan es así que varios de sus pasajes están movidos por el humor, puntilloso y provocador.

Es una obra que dice: ¡Chinguen a su madre todos!, según definió en entrevista con este diario el actor Bruno Bichir, quien formó parte del elenco del montaje que fue presentado en México hace unos meses, bajo la dirección escénica del estadunidense John Malkovich, con gran éxito de taquilla.

Estructurada a partir de una serie de breves viñetas, la historia está construida en torno de la absurda y angustiosa vida de un escritor, al que llega el éxito de manera inesperada, y su esposa, una mujer con severos problemas de drogadicción, desórdenes alimenticios y paranoia cuya existencia resulta demasiado tormentosa y asfixiante.

Además del libreto, esta edición cuenta con un texto introductorio del autor, un testimonio en el que Malkovich comparte algunas de sus experiencias como director del montaje en México y una crónica de Fabrizio Mejía Madrid de esa puesta, así como una serie de fotografías de la misma.

Título: El buen canario

Autor: Zach Helm

Traducción: Eduardo Rabasa

Editorial: Sexto piso

Número de páginas: 265

Precio de lista: 280 pesos