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Coautor del Atlas histórico de México

Florescano: el país, sin rumbo por nula relación entre científicos y políticos
 
Periódico La Jornada
Domingo 1º de marzo de 2009, p. 6

México está perdiendo el rumbo porque ya no existe una interacción entre los políticos y los científicos o los expertos en el desarrollo, cualquiera que este sea, de una ciudad o país, afirma Enrique Florescano en entrevista con La Jornada.

La reflexión surge a propósito de la publicación del Atlas histórico de México (Santillana), obra realizada por el historiador en colaboración con Francisco Eissa, en la que ofrece una abundante síntesis actualizada de la historia del país, desde la época prehispánica hasta 2008.

Con una cuidadosa y llamativa selección iconográfica, el libro, en gran formato, fue concebido, en primera instancia, para ser útil. En particular está pensado para los niños, para los que se están formando y para los profesores, porque es muy difícil dar a cualquier persona una idea general de lo que ha sido el desarrollo de un país, hay que hacer una selección de temas, señala el autor.

Agrega que “un atlas histórico debe abordar las principales transformaciones del país, del orden político, económico, social, cultural, urbano y demográfico. Esas son las variables que ya se han usado y que, si bien no abarcan todo, son los ejes principales que guían el desarrollo de una nación, o en nuestro caso, la pobreza, la inequidad.

“Cuidamos que esas principales variables estuvieran presentes y fueran constantes, de modo que el niño, el profesor, la familia, el lector, pudieran darse cuenta del gran cambio que ha tenido México o esta ciudad monstruosa (el Distrito Federal). Lo explicamos con claridad, sin lenguaje técnico, con la mayor riqueza de información gráfica para que fuera atractivo a cualquiera, y no tomamos partido, porque se trata de información objetiva.

En un atlas se perdería y deformaría el sentido general, si uno tomara un punto de vista determinado, sobre todo al abordar el México contemporáneo, tan cercano a nosotros y tan conflictivo. O al escribir las biografías, en las cuales tuvimos que emplear un método muy limpio para sólo dar datos esenciales, sin calificar la obra, ya sea de un presidente o de un actor principal de la historia.

Visión global

El Atlas histórico de México, de Florescano, “da una idea de los desequilibrios que vivimos, pero también de qué ha sido continuo, o qué se ha roto; del crecimiento extraordinario en el siglo XX, pero también de las crisis, una tras otra, de los pasados 30 años, en todos los órdenes.

“Esto no era normal. En los años 60 y 70 aún se podía pensar en construir un mundo justo y hasta en ser feliz. Pero ahora, con este panorama, luchamos por la sobrevivencia. No puede haber solidaridad social si no existe una política que atienda la disparidad que se vive; este Atlas hace ver esos contrastes en el crecimiento, en el desarrollo social y educativo. Es importantísimo que uno tenga esa visión global.”

El libro incluye datos de la vida cotidiana de las distintas épocas que ha recorrido el país, desde los motivos por los que los pueblos nahuas lloraban tanto, hasta la vida de los ricos en el siglo XIX, pasando por el uso de los corsés o el momento en el que la regadera se instaló en los hogares, los diferentes vendedores callejeros, los panaderos de bicicleta o las tradiciones para recibir el Año Nuevo.

Cuando uno está preparando un libro como éste, en el cual dominan los informes estadísticos, puede ser muy árido, por eso incorporamos gran cantidad de imágenes que dan la idea, primero, de gran diversidad, y por otro, para que lo conozcan los niños y jóvenes de hoy, a los que no se les está enseñando cómo era la vida. Para ellos lo fundamental es lo que ocurre en la casa, en el barrio, en la localidad. Eso se está perdiendo.

Presentación en la feria de Minería

Florescano lamentó que no existan más atlas que den cuenta del desarrollo del país: ahí es donde creo que las instituciones de investigación también han perdido su relación con la sociedad, insistió.

Antes, los profesores universitarios transmitían el último conocimiento que se producía en los niveles altos de la investigación. Eso ya no pasa, no llegan esos conocimientos a la enseñanza básica, o llegan con retraso y la televisión no está en nuestras manos. Deberíamos tener una televisión educativa, ahí estamos perdiendo una parte muy importante, pues estos medios de comunicación siguen con métodos de difusión tradicionales, absurdos y odiosos para los niños, concluyó.

El Atlas histórico de México será presentado hoy a las 13 horas en el salón de Actos del Palacio de Minería (Tacuba 5, Centro Histórico), en el contexto de la feria del libro que se desarrolla en ese recinto.