Opinión
Ver día anteriorViernes 27 de febrero de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Penultimátum

El monopolio de la pureza

H

ace 15 años, uno de los caballitos de batalla del Partido Popular (PP) en su campaña por conquistar el gobierno de España fue la corrupción en que había caído la administración socialista de Felipe González. Triunfó la derecha y el señor Aznar estuvo ocho años en La Moncloa. Como aquí el PAN, en España el PP dice poseer el monopolio de la pureza y la honradez. Pero ahora que gobiernan de nuevo los socialistas, se descubren enormes tramas de corrupción de los populares de ayer. Y  de hoy, pues mandan en ciudades y provincias como Madrid y Valencia.  Los sumarios por esa corrupción los lleva el juez Baltasar Garzón, suficientemente conocido. Pero la dirigencia del PP, en vez de pedir que se llegue hasta las últimas consecuencias, y así purificar su trayectoria de partido de la rectitud, exige que el juez deje las investigaciones, pues se fue de cacería con el ministro de Justicia. Supone el PP que allí se armó la estrategia para desprestigiarlo.

En cambio no reparan en que dos figuras de la justicia se dejen ver cazando. El escritor Manuel Vicent comenta lo grosera que resulta la estampa de verlos presumir sus dotes de buenos tiradores, de matar a indefensos animales. Como los ciervos, muchos de ellos cebados entre alambradas para que luego señoritos se den el gusto de llenarles el cuerpo de plomo. Vicent afirma que el oficio tan delicado de hacer justicia no encaja en una afición tan violenta y antiestética. Es como ver al titular de Salud totalmente borracho. Al ministro de Justicia lo acaba de despedir Rodríguez Zapatero. No por cazador sin licencia, sino para complacer a la derecha.

De otro cazador se ocupó Fernando Vallejo hace dos años, cuando en Cartagena se reunieron las academias de la Lengua, se celebró el cumpleaños 80 de Gabriel García Márquez y los 40 de Cien años de soledad: el rey Juan Carlos, que algunos medios criticaron por haberse ido en 2004 a cazar osos a Rumania. Con el agravante de que a los animales (los osos, claro) los emborracharon previamente para facilitar el tiro certero. Como a modo mataba Franco, el caudillo por la gracia de Dios.

Mientras, en México el partido familiar que dice defender la naturaleza, aprovecha la inconformidad ciudadana por la inseguridad y violencia reinante para exigir pena de muerte para los secuestradores. En tanto, ninguna autoridad investiga los presuntos delitos en que puede estar involucrado un secretario al que le grabaron sus desahogos telefónicos.

Por otro lado el presidente Calderón elogia la calidad moral, política y gerencial del líder (por darle algún título) Joaquín Gamboa Pascoe, especializado en safaris donde drogan previamente a los animales para facilitarle la puntería a tan celebrado obrero de la patria. Una pregunta: ¿Por qué Gamboa Pascoe no está en el Partido Popular de España?