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El Centro Arquitectónico Heinz, de Pensilvania, recibe 22 proyectos de Fernando Romero

Abren exposición en EU con la maqueta del nuevo Museo Soumaya

La estructura traducirá el momento histórico de México, adelanta el especialista

El despacho que diseñó el plan maestro de ese recinto festeja una década de vida

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Maqueta del nuevo Museo Soumaya, espacio cultural que se construye en la colonia Irrigación de la ciudad de México. Abrirá sus puertas en 2010Foto Cortesía del Laboratorio de Arquitectura Fernando Romero
 
Periódico La Jornada
Viernes 27 de febrero de 2009, p. 3

Los arquitectos tienen mucho que aprender de cómo el medio del cine, al igual que el del arte contemporáneo, han sabido construir una comunidad con resonancia en el extranjero. En la arquitectura eso pasa mucho menos, porque las operaciones son más aisladas, expresa Fernando Romero (DF, 1971).

Con la exposición Laboratorio de arquitectura: Fernando Romero, que incluye las maquetas de sus 22 proyectos más relevantes, el despacho del arquitecto celebra su primera década.

La muestra se inaugura hoy (y desde mañana estará abierta al público), en el Centro Arquitectónico Heinz, en el Museo de Arte Carnegie, en Pittsburgh, Pensilvania.

Para Romero, quien también tiene una oficina en Los Ángeles, California, lo fantástico sería tomar lo bueno de estas experiencias y regresárselas a México, como en el caso de los cineastas que han impulsado transformaciones legales que permiten proveer de más recursos al cine.

Edificarán museo Jumex

Entre las maquetas de la muestra no podía faltar la del nuevo Museo Soumaya, que se construye en la colonia Irrigación y el cual estará listo en 2010 para mostrar la colección completa de la Fundación Carlos Slim.

Asimismo, junto a ese recinto se edificará el museo Jumex.

La oficina de Fernando Romero, LAR (en el DF), tiene a su cargo el plan maestro del conjunto de edificios que incluye el espacio museístico de ocho niveles.

Iniciado hace tres años, el proyecto del museo ha cambiado de manera radical: “Empezamos con uno muy racional en forma de caja. Pensamos que eso era deseable, pero después –con sorpresa– descubrimos que se quería un edificio con identidad propia. Elaboramos varias propuestas y se optó por una.

El cliente (Grupo Carso) pensó que era bueno hacer un edificio más especial. Y en ese sentido fue visionario y corrimos con la suerte de poderlo desarrollar. En la actualidad trabajamos en la producción de planos e información para definir el proyecto.

Según Fernando Romero, hay dos formas de hacer un museo contemporáneo: “una caja de zapatos o un edificio que, además de tener arte, represente a la civilización. Que no niegue la arquitectura para exponer el arte, sino que también la use para reflejar el momento histórico.

El edificio trata de no sacrificar la eficiencia y organizar las circulaciones en los perímetros de tal manera que la excentricidad de la piel tiene una razón de ser.

La caja discreta, pues, se tornó una especie de ola explosiva.

Respecto de su diseño, el arquitecto explica: El Museo Soumaya tiene una colección de arte histórico a partir del siglo XV, cuya característica es la diversidad de contenidos: pintura y escultura, pero también objetos, como muebles y monedas. Básicamente, lo que se propuso desde el principio fue hacer un edificio cuya sección generara diferentes tipologías de plantas que podrían traducir muy bien esa diversidad.

Por otro lado, el nuevo museo estará dotado de una estructura que emerge de la tierra, en referencia a que el arte siempre es una conexión entre el ser humano y el medio que lo rodea. También se pensó mucho que “así como un contenedor de agua tiene el momentum más interesante en la parte más alta y de mayor superficie, concebimos hacer de la última planta uno de los momentums del edificio, con eso abrir ese ángulo y lograr que la estabilidad estructural se otorgue con un techo colgante encima, que lo que hace es jalar la estructura hacia adentro, generando un equilibrio estructural”.

Archivo de Gibran Khalil Gibran

“Finalmente –prosigue Fernando Romero– para nosotros el edificio es, además de un museo, una estructura que de alguna manera trata de traducir un momento histórico específico, donde está México.

Claro, estamos en una joven democracia, pero también hay un acceso a la tecnología que antes hubiese sido inimaginable. Todo se produce en tercera dimensión, por medio de la computadora. El edificio no podía haber sido producido más que por nuestra generación.

–¿El proyecto considera secciones especiales para las obras más destacadas de la colección?

–Sí, se le ha dado relevancia especial a las esculturas de Rodin, a Tamayo, al impresionismo, de manera que se vuelven temas de diseño en el propio edificio. Inclusive, de Gibran Khalil Gibran (poeta, pintor y escritor libanés) hay un archivo, es una parte nueva que estará en el edificio. Las esculturas de Dalí también se han mencionado como destacadas.

Para Romero, el desafío es convertir el proyecto en un destino urbano. Sin embargo, hay pocas oportunidades de hacer de la ciudad un destino.