Economía
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Se prevé la pérdida de 50 millones de empleos; crece amenaza a la estabilidad política

En 2009, crecimiento negativo en las principales economías

Unos 200 millones de personas caerán en la pobreza absoluta, según la OIT

Obama anunció un plan de 75 mil mdd para ayudar a restructurar hipotecas de 9 millones de familias en EU

Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 19 de febrero de 2009, p. 22

Washington, 18 de febrero. Las principales economías del mundo tendrán crecimiento negativo en 2009 con lo cual se proyecta la pérdida de 50 millones de empleos, lo cual genera preocupaciones de una creciente amenaza a la estabilidad política en el mundo.

Todos los indicadores apuntan hacia un empeoramiento de la crisis a nivel mundial, en un deterioro tan acelerado que sorprende a los economistas.

Hoy la Reserva Federal de Estados Unidos redujo una vez más su pronóstico del crecimiento económico para este año, en el cual prevé una contracción de entre 0.5 y 1.3 por ciento, con una tasa de desempleo de entre 8.5 y 8.8 por ciento en 2009. La economía enfrentará un periodo de recuperación inusualmente gradual y prolongado, alertó.

Lo mismo se manifiesta en otros países desarrollados, reporta hoy el Washington Post. La economía británica está sufriendo su declive más grave en casi 30 años, Japón en 35 y Alemania el peor en casi 20 años.

Según reporta el Instituto de Política Económica, con base en datos del Fondo Monetario Internacional, las principales economías sufrirán crecimiento negativo desde el menos 1.2 por ciento (Canadá) hasta menos 2.8 (Reino Unido), con Estados Unidos proyectado con una contracción de 1.6 y España con menos 1.7 por ciento.

Eso está generando despidos masivos tanto en Estados Unidos como el resto del mundo, y cada día se anuncian más. Hace un par de semanas la Organización Internacional de Trabajo (OIT) proyectó la pérdida hasta de 50 millones de empleos, y 200 millones más de personas cayendo en pobreza absoluta durante 2009.

La cabeza de una de las notas principales del New York Times hace unos días declaraba: Pérdidas de empleo presentan una amenaza a la estabilidad a nivel mundial, y reportaba protestas y alborotos provocados por ese motivo en varias esquinas del mundo. Recordaba que el director de inteligencia nacional de Estados Unidos alertó hace unos días que la principal amenaza que enfrenta este país es la creciente inestabilidad política como resultado de la crisis económica.

Hoy General Motors y Chrysler reportaron que las consecuencias de la crisis son mucho mayores de las que pronosticaban hace dos meses, y anunciaron que su plan para sobrevivir incluye recortar otros 50 mil empleos, cerrar más plantas en América del Norte (lo cual incluye México), y solicitar miles de millones más del gobierno para poder sobrevivir. Las empresas elevaron su petición de fondos públicos a un total de 39 mil millones; General Motors ya ha recibido hasta la fecha 13.4 mil millones, y Chrysler 4 mil millones.

Mientras el gobierno de Barack Obama evalúa si rescatar o no a la industria automotriz, la columna vertebral de la economía estadunidense durante el siglo XX, el presidente promulgó el martes su gigantesco paquete de estímulo económico de casi 800 mil millones de dólares, y hoy anunció un plan de otros 75 mil millones con el objetivo de tratar de ayudar a unas 9 millones de familias a restructurar sus hipotecas para evitar perder sus hogares.

Por su parte, los capitanes de la industria financiera se quejan de que el monto del rescate no será suficiente y no están convencidos, y ayer dieron la bienvenida a la promulgación de esa iniciativa con un desplome de casi 300 puntos en la bolsa de valores de Nueva York.

A pesar de la arrogancia implícita en que los rescatados en Wall Street se quejen de que no es suficiente, el problema es que, según economistas que son asesores externos del gobierno de Obama y que hablaron con La Jornada bajo condición de anonimato, los analistas en Wall Street tienen razón: se necesitará más, tal vez mucho más, tanto del lado del paquete de estímulo económico como para el rescate del sector financiero.

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El presidente estadunidense Barack Obama, ayer al llegar a la Casa BlancaFoto Reuters

“Estamos en un territorio sin mapas… todo economista que siga creyendo lo que creyó hace cinco años está equivocado. El desafío es cómo hacer algo suficientemente audaz para reducir el gigantesco hoyo económico, y hacerlo en el entendimiento de que las reglas del juego ya no son las mismas”, comentó uno.

Pero el juego continúa: incluso varios de los responsables de la crisis aún opinan, y hasta toman decisiones sobre qué hacer con ella, entre ellos el actual secretario del Tesoro, Timothy Geithner, quien era el presidente de la Reserva Federal de Nueva York mientras estallaba la crisis, y el principal asesor económico de la Casa Blanca, Lawrence Summers, quien durante la presidencia de Clinton fue uno de los autores de la desregulación del sector financiero, lo cual contribuyó a detonar esta crisis.

De hecho, la revista Time recientemente publicó una lista de las 25 personas a quienes culpar del desastre económico. Por supuesto está el ex presidente George W. Bush, pero también Bill Clinton, ya que durante su periodo se realizó mucha desregulación financiera, lo cual de muchas maneras preparó el escenario para los excesos de los años recientes.

También están Ángelo Mozilo, ejecutivo en jefe de Countrywide, quien impulsó la crisis hipotecaria; el ex senador Phil Gramm, cuya legislación desmanteló protecciones impuestas después de la gran depresión para evitar que se repitiera algo parecido; el ex jefe de la Reserva Federal, Alan Greenspan; el ex secretario del Tesoro, Hank Paulson; el ex ejecutivo de la gigantesca aseguradora AIG, Joe Cassano; el ex jefe de Citigroup, Sandy Weill, entre otros conocidos. La lista seguramente se ampliará.

La Comisión de Valores y Cambios (SEC) acusó ayer a R. Allen Stanford –uno de los hombres más ricos del planeta, según Forbes– de un fraude masivo relacionado con la venta de unos 8 mil millones de dólares en los llamados certificados de depósito. El caso, si es comprobado, sería uno de los fraudes financieros más grandes de la historia del país, y se revela dos meses después de que la SEC acusó al financiero Bernard Madoff de orquestar una estafa hasta de 50 mil millones, reportó el Washington Post.

Por cierto, el Post informa que Stanford fue uno de los donantes más generosos de varios de los legisladores federales de mayor rango. Qué coincidencia. Los mismos, seguramente, que hoy dicen que defenderán a los millones de desempleados víctimas de estas operaciones al estallar en la crisis.

¿A estas alturas quieren que pensemos que existe justicia en este país?, se pregunta un taxista africano al escuchar un noticiero que habla de Madoff y los especuladores que detonaron esta crisis. Si un hombre pobre entra a un supermercado y se roba dos naranjas por hambre, lo llevarían en vilo hasta la cárcel, pero si uno se roba miles de millones, el gobierno lo rescata con más millones... los nuestros, señala. Un día nos van hartar, y vamos a sacar a todos éstos, los ricos y a sus políticos también.