Usted está aquí: viernes 6 de febrero de 2009 Economía Pese a cambios a cláusula buy American, peligran exportaciones de México, alertan

■ Un centenar de países será afectado comercialmente, afirma ejecutivo de la ANIERM

Pese a cambios a cláusula buy American, peligran exportaciones de México, alertan

■ Si no se respeta el trato nacional del TLCAN “ya bailó Berta”, advierte directivo del Comce

Susana González G.

Ampliar la imagen Transporte de contenedores de mercancías en el Puerto de Veracruz Transporte de contenedores de mercancías en el Puerto de Veracruz Foto: Cristina Rodríguez

Las exportaciones de México hacia Estados Unidos no quedarán totalmente a salvo aun cuando el Senado de aquel país haya modificado la cláusula de protección a productos fabricados allá, conocida como Buy American (compre americano), condicionándola al respeto de los compromisos comerciales suscrito con otras naciones, advirtió Humberto Simoneen Ardila, vicepresidente ejecutivo la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (ANIERM).

Explicó que Estados Unidos tiene tratados comerciales con alrededor de 50 países, cuando los socios de la OMC son 168 y ello implicaría que por lo menos un centenar de naciones resultarían afectado con dicha cláusula. Éstos a su vez podrían reaccionar aplicando también medidas proteccionistas, lo que a la larga perjudicará a todo mundo, incluyendo México, además de que retardará la recuperación económica mundial.

En tanto, Fernando Ruiz Huarte, director técnico de Comercio Exterior del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce), consideró que dicha claúsula no implica mayor riesgo para México “siempre y cuando se respete el TLCAN. Si eso sucede, México tendrá más posibilidades y ventajas de incrementar sus exportaciones hacia Estados Unidos respecto de otros países con los que no tiene acuerdos comerciales”.

Por el TLCAN, dijo, los productos mexicanos y canadienses deben recibir “trato nacional” por parte de Estados Unidos en cualquier concurso o licitación, pero también advirtió que si dicha condición no se cumple entonces “ya bailó Bertha las calmadas”, toda vez que a la fecha 79 por ciento de las exportaciones mexicanas se destinan al mercado estadunidense.

“Tenemos que ver que se respete el TLCAN, porque debemos recordar que actualmente contamos con una balanza comercial favorable con Estados Unidos y que en octubre pasado andábamos en 72 mil millones de dólares”, señaló.

Reacción tardía de México

La cláusula mencionada forma parte del plan de estímulo económico de 900 mil millones de dólares elaborado por el presidente Barak Obama, y originalmente planteaba que para los proyectos de infraestructura se utilizaran únicamente hierro, acero y productos manufacturados hechos en Estados Unidos, lo que de causó de inmediato reacciones de preocupación y advertencia de Canadá, Japón, Australia y la Unión Europea, al considerarla una medida proteccionista.

Ambos dirigentes empresariales criticaron que el gobierno de Felipe Calderón no haya asumido una posición firme ante dicha cláusula y defendido oportunamente el cumplimiento del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), como sí lo hicieron Canadá e incluso Japón, la Unión Europea y Australia por otros acuerdos con Estados Unidos.

De hecho, sólo hasta ayer, cuando la cláusula ya había sido matizada por el Senado, el embajador de México en Washington, Arturo Sarukhán, la calificó de una “mala decisión” por considerarla una medida proteccionista que atenta contra la economía mundial.

En lugar de esperar a que Estados Unidos respete el TLCAN o México se vea obligado a recurrir a la Organización Mundial de Comercio (OMC) si lo incumple, “desde ahora, a nivel gobierno y empresarial, deberíamos establecer mecanismos para cabildear en este tema, de manera preventiva y no esperar a que se dé. Yo pienso que deberíamos haber hecho lo mismo que Canadá”, expresó Ruiz Huarte.

Para Simoneen Ardila “México debería adoptar una posición firme” contra la claúsula porque puede resultar peligrosa para su economía, aún cuando de manera inmediata y directa no resulte afectado, pues aseveró que de cualquier manera “no es una buena señal para una economía como la mexicana, cuyo producto interno bruto (PIB) depende en 62 por ciento del comercio exterior”.

 
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