Usted está aquí: lunes 2 de febrero de 2009 Cultura Compartirá Dolly Onetti lo más íntimo del autor de El astillero

■ El Colegio de México organiza un coloquio en ocasión del centenario natal del escritor

Compartirá Dolly Onetti lo más íntimo del autor de El astillero

■ La ex violinista y última esposa del narrador asistirá a la conmemoración que se realizará los próximos martes y miércoles

■ “Hablaré de su humor, de su amor a los niños”, dijo en entrevista

Arturo García Hernández

Ampliar la imagen Muchos lo ven como alguien triste, entonces yo digo que uno es Onetti, el escritor, y otro Juan, la persona, que tenía muchos amigos, cuenta en entrevista Dorotea Muhr Muchos lo ven como alguien triste, entonces yo digo que uno es Onetti, el escritor, y otro Juan, la persona, que tenía muchos amigos, cuenta en entrevista Dorotea Muhr Foto: tomada de Internet

Dorotea Muhr fue la cuarta y última esposa de Juan Carlos Onetti. Compartió los últimos 40 años del escritor uruguayo. Ahora viene a la ciudad de México para participar en el coloquio internacional que por estos días se lleva a cabo en ocasión del centenario natal del autor de El astillero.

Dolly Onetti –como la llaman amigos y conocidos– es violinista retirada, estudia composición musical y reside en Buenos Aires.

Desde su casa en la capital argentina, en vísperas de su viaje a México, habla en entrevista telefónica a propósito de las conmemoraciones por el centenario de su marido.

Está contenta: “Va a haber muchos actos por todo el mundo; además se van a publicar y reditar muchos de sus libros. Será el año de Juan”.

–¿Qué pasa en estos momentos con la obra de Onetti?

–Se está moviendo muchísimo, porque hubo una época en que bajó demasiado.

“Juan es difícil de leer, es un autor para pocos, para gente que ama la literatura y el idioma, pero en los años recientes, gracias a la agencia de Carmen Bacells, que ha trabajado todo la vida maravillosamente con la obra de Juan, hay traducciones en el mundo entero.

“Como yo digo, siempre están los clubes de fanáticos de Juan, lectores que tienen mucha pasión por su obra, pero ahora se están ampliando. Así de poco a poco, cada vez más. Y este año será importantísimo.”

–¿De qué va a hablar durante su intervención en el coloquio sobre Onetti en México?

–Voy a hablar de la parte más íntima: de su humor. Muchos lo ven como alguien triste, entonces yo les digo que uno es Onetti, el escritor, y otro Juan, la persona, que amaba a los niños y a los animales, que leía novelas policiacas y tenía muchos amigos.

–Se tiene la idea de que era de personalidad arisca, hosca.

–Es una faceta, porque así se protegía un poco, ya que, como dice Mario Vargas Llosa en un libro que acaba de publicar, Juan parecía un hombre al que le aterraba el micrófono. A lo mejor era cierto; las primeras veces era terrible, una pesadilla, pero al final se acostumbró un poco.

Más real que lo verdadero

–¿Cómo fue vivir con Onetti?

–Como hacerlo con alguien que a la vez vivía casi en otro mundo, el de la irrealidad, el de la literatura, el de la creación.

“Yo le escribía a mi madre todas las semanas, y una vez le conté que con Juan me sentía como un maldito fantasma. Él me decía muchas veces que sus personajes eran mucho más reales, más auténticos, que la gente que lo rodeaba.”

–Entiendo entonces que fue difícil.

–Fue muy divertido; era un hombre con gran sentido del humor y amor a la vida, aunque no lo pareciera.

–¿Cuál de los libros de One-tti prefiere usted?

–Él prefería Los adioses, pero siempre dijo que El astillero era el más perfecto, y estoy de acuerdo. Ahora, en el libro que escribió Vargas Llosa, también habla muy, muy bien de El astillero y también de El infierno tan temido.

“Vargas Llosa enseñó a Onetti un año en una universidad de Estados Unidos, y vino para hacerme una entrevista; me dijo que al ver la obra en conjunto pudo percatarse de lo bueno que era. Y entonces escribió el libro.”

Juan Carlos Onetti y Dorotea Muhr estuvieron dos veces en México. Una, en 1976, cuando vino invitado como jurado a un concurso literario, “y recorrimos México”, y la segunda a un homenaje que le organizó el escritor también uruguayo Jorge Ruffinelli, en Jalapa.

El Coloquio Internacional Presencia de Juan Carlos Onetti en su centenario (1909-2009), al que viene Dolly Onetti, es organizado por el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios del Colegio de México (Colmex).

Se llevará a cabo martes y miércoles en la Sala Alfonso Reyes del Colmex. José Emilio Pacheco dictará la conferencia inaugural, titulada Onetti en México.

El coloquio consta de cuatro mesas de trabajo, con la participación de especialistas de Uruguay, España, Argentina y Estados Unidos. La conferencia de clausura estará a cargo del mexicano Juan Villoro.

 
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