Usted está aquí: domingo 1 de febrero de 2009 Deportes “Ahí me hablan”, decía Chayito Iglesias cuando oía “campeona”

■ Ayer cremaron los restos de la protagonista de ocho mundiales

“Ahí me hablan”, decía Chayito Iglesias cuando oía “campeona”

■ Murió satisfecha por el reconocimiento de miles en las pistas

Abril del Río

Ampliar la imagen Velorio de Chayito Iglesias en una agencia de la colonia Doctores Velorio de Chayito Iglesias en una agencia de la colonia Doctores Foto: Carlos Cisneros

Familiares, amigos y compañeros de la Unión de Voceadores dieron el último adiós a Rosario Iglesias, una de las corredoras más longevas del mundo, quien a su retiro, a los 95 años que tenía en 2005, había asistido a ocho campeonatos mundiales de atletismo master, de los que nunca regresó con las manos vacías, pues en todos ganó o subió a los podios en las pruebas de 200, 400, 800, además de que en algunos nacionales corrió mil 500 metros.

Chayito Iglesias nunca recibió el Premio Nacional de Deportes que tanto anheló, pero a los 98 años murió satisfecha por el reconocimiento que recibió de multitudes en las pistas y en los lugares donde se le identificaba como “campeona”.

“Ahí me hablan, es a mí”, decía doña Chayito cuando escuchaba esa palabra que conoció en varios idiomas, según comentó Lourdes Hernández, esposa de su nieto Conrado, con quienes la voceadora compartió casi todos sus triunfos y hasta los últimos minutos de vida.

“Cuando pasaba por la tribuna en los estadios y le aplaudían, corría más fuerte. Lo que más le interesaba a ella era oír los aplausos, porque todo lo que hizo fue con gran amor”, citó Lourdes durante el funeral de la corredora, en una agencia de la colonia Doctores.

La primera intervención de Chayito en un Mundial de Masters fue en la edición de 1993, en Miyazaki, Japón, donde abrió un camino de triunfos que se extendió en las ediciones de Scarborough 94 (Canadá), Buffalo 95 (EU), Durban 97 (Sudáfrica), Gateshead 99 (Gran Bretaña), Brisbane 2001 (Australia), Carolina 2003 (Puerto Rico) y San Sebastián 2005 (España).

Entre las medallas de los mundiales y otras justas continentales en Barbados y Estados Unidos, Chayito sumó más de 30 victorias y se despidió con el título de los 200 metros planos en San Sebastián, prácticamente como única en su categoría, a los 95 años.

Fue hasta esa edad que dejó de repartir periódicos y atender su puesto de la colonia Nápoles, y fue también 2005 cuando, si bien no llegó el premio nacional, fue reconocida con el merecimiento anual que otorga el Instituto Nacional de las Mujeres y un par de años antes recibió el premio del deporte capitalino que entonces le entregó Andrés Manuel López Obrador.

Antes de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Chayito fue el último relevo de la antorcha en su paso por México.

Rosario Iglesias, quien se inició en el atletismo después de los 80 años de edad, nació en esta ciudad, en la colonia El Chorrito, Tacubaya, el 31 de agosto de 1910. Falleció por causas naturales, la madrugada del viernes. Le sobreviven sus hijas Ester y Cristina –la primera heredera del oficio de voceadora, que inició desde muy niña en la colonia San Pedro de los Pinos–, y una descendencia de 15 nietos, 30 bisnietos y 14 tataranietos, quienes acompañaron los restos de Chayito hasta su cremación en el Panteón de Dolores.

 
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