Usted está aquí: domingo 1 de febrero de 2009 Cultura La literatura goza de cabal salud

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La literatura goza de cabal salud

¿La muerte de la novela? Leyenda urbana que desde el principio de los tiempos ha pretendido, sin éxito, mermar la pasión por las letras, tanto de autores como del público.

El escritor brasileño Rubem Fonseca parte de esa idea para obsequiar a sus lectores 28 textos que comprueban, una vez más, que la literatura goza de tan buena salud que lo mismo se puede escribir de la caída del Muro de Berlín, que de la masturbación o de Michael Jackson sin ser infiel a la buena prosa.

Se trata de crónicas que el autor dio a conocer mediante su página en Internet, impregnadas de un tinte autobiográfico.

Si bien están escritas con la pulcritud que caracteriza al autor de El enfermo Moliére, muchas de ellas no convencen a los críticos de Brasil; dicen que se desvían con facilidad de los asuntos y no ofrecen una conclusión “cien por ciento satisfactoria”.

El autor reconoce que “no me perdonan el texto sobre las palomitas”, aquel donde empieza hablando del maíz y termina explicando cuáles son los cines de Río de Janeiro que tienen las mejores pipókas, como llaman allá a esa botana del cinéfilo.

Pero la verdad es que, en esos relatos de una cotidianidad que peca de ingenua, con discreción, Fonseca revela algunos secretos curiosos: “en materia de lectura soy omnívoro, o polífago, si así lo prefieren. Leo todo lo que se me pone enfrente. Pero mis lecturas preferidas son la poesía y las instrucciones de uso de los medicamentos”.

O confiesa: “acostumbro a usar, alternadamente, dos relojes de pulso. El que prefiero, por motivos sentimentales, muestra sólo el día del mes. El otro, además del día del mes, muestra el día de la semana. Desde que era niño nunca me acuerdo, sin hacer algún esfuerzo mnemónico, en qué día del mes estamos. En los últimos años, como trabajo solamente en casa, tampoco me puedo acordar, sin movilizar mi memoria, del día de la semana”.

También explica quién fue Jack el Destripador, habla de los cromosomas, del botox, de la pornografía. Los temas son un mero pretexto para dar vuelo a la pluma, con la única consigna de que la literatura y la poesía sigan existiendo, aunque la escriba “para tres gatos”.

Título: La novela murió

Autor: Rubem Fonseca

Traducción:Rodolfo Mata y

Regina Crespo

Editorial: Cal y Arena

Número de páginas: 206

Precio de lista: 190 pesos

Textos: Mónica Mateos-Vega

 
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