Usted está aquí: viernes 30 de enero de 2009 Opinión El Correo Ilustrado

El Correo Ilustrado

Por la vigencia del Estado laico

Hace unos días, al inaugurar el Congreso Mundial de las Familias, Felipe Calderón, en su carácter de titular del Ejecutivo federal, alabó algunos prejuicios del conservadurismo más antiguo: “Un fenómeno real que … es fundamental afrontarlo desde la perspectiva de los valores… En México más de 5 millones de familias están encabezadas por la madre, por una mujer … la práctica del divorcio propicia que muchas familias vivan un proceso de desintegración…”

Calderón hizo un diagnóstico de la realidad delincuencial digno de reproducirse:

“… la proliferación de individuos que hacen de la violencia, del miedo, del crimen y del odio su forma de vida coincide … con la fragmentación y la disfuncionalidad que afectaron su entorno familiar.

“Un gran porcentaje de personas que fallecen en enfrentamientos entre grupos criminales en México (…) son jóvenes que están totalmente desarraigados de un núcleo familiar (…) que se formaron en la carencia absoluta no sólo de valores familiares, sino de familia misma.”

Al inventar un país donde la inmoralidad y el delito se deben en buena medida a variedades de prácticas familiares, Calderón exaltó a la familia tradicional (“normal”), como modelo exclusivo, en desprecio de los muy vastos sectores de la diversidad de las familias, que incluyen madres solteras, divorciados, parejas del mismo sexo, etcétera. Esta visión dogmática discrimina a la población que profesa otras religiones o ninguna, y a las familias “disfuncionales” que son producto de la miseria.

Ahí mismo, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Carlos Aguiar Retes, exigió educación religiosa en las escuelas públicas, manejo de medios de comunicación a cargo de la jerarquía católica y mayor influencia en la vida política.

Se ha dicho y escrito con profusión: la educación laica es una conquista histórica y tiene su razón de ser y su necesidad. Calderón desconoce la pluralidad del país y actúa en función de su creencia, inaceptable en un presidente: la familia única, la iglesia por antonomasia, las explicaciones únicas y moralistas de los grandes problemas sociales.

Esta batalla cultural de Felipe Calderón fracasará. La secularización es ya un hecho irreversible y la laicidad no admite retrocesos. Tal vez defienda sus prejuicios, pero no le toca a Calderón la resurrección de los anacronismos, ni el intento de modificar el Estado laico dejándole nada más el nombre.

Comité de Intelectuales en Defensa de la Economía Popular, el Petróleo y la Soberanía Nacional. Marco Antonio Campos, Rolando Cordera, Arnaldo Córdova, Laura Esquivel, Bolívar Echeverría, Víctor Flores Olea, Luis Javier Garrido, Héctor Díaz Polanco, Antonio Gershenson, Margo Glantz, Hugo Gutiérrez Vega, David Ibarra, Luis Linares Zapata, Guadalupe Loaeza, Roberto Morales, Carlos Monsiváis, Jorge Eduardo Navarrete, Carlos Payán, Carlos Pellicer López, José María Pérez Gay, Sergio Pitol, Ida Rodríguez Prampolini, Enrique Semo, Carlos Tello, Víctor Manuel Toledo, Héctor Vasconcelos y Javier Wimer


50 años de querer a Cuba

Hace unos años regresaba de Matanzas después de entrevistar a unas compañeras. Era el atardecer y nos tocó ver la caída del sol sobre el mar y la luz especial de esa hora sobre la Habana vieja. Venía somnolienta y me pregunté, como otras veces, el porqué de mi amor por Cuba. Será por el mar, me dije. Sí, es por eso, me respondí. Pero no, será porque ese mar se refleja en los ojos, en la risa, en la música de los cubanos...

Estoy aquí de nuevo y la pregunta sigue en la mente. Trato de revivir otros momentos, fechas ha habido muchas, no tantas como recuerdos. En Cuba he compartido alegrías, apagones, proyectos. Hay amigos que se han muerto, otros que se han ido.

Pero Cuba es una isla, Cuba es una isla, me repito, y me da miedo. Alguna vez miré el mar desde el avión y pensé ¿qué tal que la isla ya no está allí? ¿No se mueven las islas? “Isla: un pedazo de tierra rodeado por el mar”. Mar y mar y Cuba en medio del infinito mar, y no muy lejos la agresión y amenaza del país más poderoso del planeta.

Camino por las calles de La Habana, no hay anuncios, ni espectaculares, poco ruido. Es un alivio estar aquí. Miro a los niños saliendo de la escuela, alegres, seguros, sanos. Son los consentidos de la Revolución. Y las mujeres han recuperado el lugar de respeto que les corresponde y que les debía la historia.

¿Qué les falta?, me pregunto. ¡Cincuenta años! Increíble. El cambio de raíz, ¿de fondo? Sí, de fondo: educación gratuita, atención médica gratuita, vivienda...

Sí, faltan cosas y no alcanza el dinero, pero de hambre no se muere nadie. Se está luchando por corregir errores. “La batalla de las ideas”, dijo Fidel. Cuba ha construido el socialismo y es ejemplo para América Latina... “te lo prometió Martí y Fidel te lo cumplió”...

En vísperas de la celebración de sus 50 años, la isla ha sido azotada por fuertes huracanes que han destruido casas, arrasado cosechas. Pero tienen ánimo, confianza, esa esperanza que nunca los abandona. ¿De dónde les llega la fuerza?

Camino por el malecón, miro las olas estrellándose con furia contra las piedras. Se asemejan a la fuerza de este pueblo. Y llega la respuesta esperada: amo a Cuba por su dignidad. Y miro de soslayo el azul de su infinito mar.

María Guerra


Reflexiones sobre economía

La fotografía de la portada en La Jornada (29/1/09), de Calderón y Zedillo en el exclusivo Gentiana de Davos, me recordó el castillo de La montaña mágica de Thomas Mann, ahí mismo, un poco más arriba. El tema es el mismo: la burguesía mundial y los males que ayer y hoy la aquejan. Me imagino la conversación: cómo aguantó el pueblo de México el Fobaproa; para ello están PRI y PAN. La única salida a la crisis, según estos campeones mexicanos del neoliberalismo, es: no a la intervención del Estado, mayor control fiscal, reducir impuestos a los ricos, menos gasto público, pero, sobre todo, más apoyo al libre mercado.

En contraste, muy lejos de la estación alpina de Suiza, a una noche de vuelo el diálogo es: apoyo financiero a los pobres y desempleados; generación de empleo mediante el gasto público; cambios en el patrón de consumo energético (no al petróleo con todo y la reforma estructural energética de México y las aguas profundas); gasto en redes de bienestar social; apoyo a salud y educación; 130 mil millones de dólares, apoyo a sectores vulnerables; 150 mil millones de dólares a educación en todos sus niveles (¡231 veces el presupuesto 2009 del IPN!). En síntesis: por el bien de todo el mundo, primero los pobres. ¿Quién hará todo lo anterior? ¿Andrés Manuel López Obrador, Hugo Chávez, Evo, Lula o el talibán del laicismo? No, es Barack Obama y su Partido Demócrata.

Pido a nuestros dos campeones del neoliberalismo dar atención al “círculo vicioso de la crisis financiera” de Paul Krugman, Nobel de Economía 2008.

Rubén Mares Gallardo, Escuela Superior de Física y Matemáticas-IPN y Organización Nacional Politécnica

 
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