Usted está aquí: martes 27 de enero de 2009 Cultura Llama experto a escribir “una edición crítica colectiva” de la obra de Borges

■ Presentarán libro sobre el autor, con asistencia de su viuda María Kodama, en el Colmex

Llama experto a escribir “una edición crítica colectiva” de la obra de Borges

■ A 22 años de su muerte siguen manando sorpresas y misterios de su quehacer literario, señala Rafael Olea Franco

■ Asombra saber que en su juventud fue un “nacionalista recalcitrante”

Arturo García Hernández

Ampliar la imagen Jorge Luis Borges y María Kodama en México, en 1981 Jorge Luis Borges y María Kodama en México, en 1981 Foto: Paulina Lavista

Transcurridos 22 años de la muerte de Jorge Luis Borges, de su obra siguen manando sorpresas y misterios. Por eso, aunque se ha dicho y escrito tanto del autor de El Aleph, aún falta mucho por conocer, por decir.

Por ejemplo, asombra saber que un escritor universalista por antonomasia, quizás el de mayor vocación cosmopolita en lengua castellana, fue en su juventud un “nacionalista recalcitrante”.

Rafael Olea Franco, investigador del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de El Colegio de México (Colmex), especializado en la obra del escritor argentino, asegura que en la agenda sobre Borges hay aspectos como ése que todavía necesitan ser explorados a fondo: “No tenemos ediciones críticas de la obra de Borges; hay compilaciones, pero sin la más mínima indicación de cuándo fue publicado por primera vez determinado cuento o poema”.

Tampoco hay registro confiable de las continuas y sucesivas modificaciones a que sometía sus textos ya publicados, poemarios como Fervor de Buenos Aires, Luna de enfrente y Cuadernos de San Martín, publicados en los años 20 del siglo pasado, pero cuyas ediciones definitivas fueron fijadas por su autor aproximadamente en 1969.

Todo escritor, explica el especialista, autor de El otro Borges: el primer Borges (1993), “al elaborar una colección de sus textos para ordenar sus obras completas, lo hace desde una perspectiva presente, pensando en la imagen que quiere dejar para la posteridad”.

Es el caso de Borges, quien prohibió la reimpresión de sus textos de juventud publicados en los años 20, donde se mostraba como un “nacionalista recalcitrante”. Como después su pensamiento y sus escritura “evolucionaron en otro sentido, no quería que esa parte se difundiera”.

Cambios como el mencionado abundan en la bibliografía del polígrafo argentino, de ahí que hacer una edición crítica de su obra es una tarea inmensa y complicada, “por eso tiene que ser una labor colectiva”, pero sin duda urgente: “Es una vergüenza que no tengamos una edición mínimamente confiable de las obras completas de Borges, siendo el más importante autor en lengua española”.

Otro aspecto, tan inesperado como interesante, que requiere ser estudiado es “la relación entre la obra de Borges y la historia”.

Textos enraizados en la historia

Según Olea Franco, el autor de El jardín de los senderos que se bifurcan aludió en varios de sus textos a personas y situaciones históricas específicas. “Durante un buen tiempo se afirmaba de manera contundente que los textos de Borges no tenían una relación directa con la historia y menos aún con una historia inmediata.

“Poco a poco hemos ido viendo que en realidad varios están fuertemente enraizados en la historia y que Borges está entrando en discusiones fundamentales.”

Rafael Olea refiere el cuento La noche de los dones, derivado de una novela decimonónica de alta significación en la cultura argentina, Juan Moreira, de Eduardo Gutiérrez, que cuenta la historia de “un gaucho malo, un ser marginal y valiente que anda a salto de mata huyendo de la policía”.

A Borges “siempre le gustó esta novela, pero resulta que en un momento dado ciertos movimientos subversivos tomaron la imagen de Moreira como símbolo de rebelión, como alguien que quiere luchar socialmente en contra del establishment”.

Esta apropiación no le gustó a Borges; por eso en La noche de los dones, un relato breve, “retoma al personaje y da una imagen muy negativa de él; lo pone como un tipo abusivo y deja de exaltarlo porque otros los están usando con un sentido ideológico”.

Un lector contemporáneo, sobre todo no argentino, difícilmente podría captar el sentido político del relato, “pero cuando lo publica por primera vez, Borges también estaba dialogando con su contexto histórico”.

Según Olea Franco, hay más ejemplos de la relación de la obra borgiana con la historia. Este caso en particular es analizado a fondo en un ensayo de Juan Pablo Dabove, “Borges y Moreira: las pasiones del gaucho malo”, incluido en el libro In memoriam Jorge Luis Borges, publicado por el Colmex, que será presentado este jueves (Auditorio Alfonso Reyes, 18 horas), con la asistencia de María Kodama, viuda y heredera del escritor argentino.

El libro es resultado del coloquio llamado precisamente “In memoriam: Jorge Luis Borges”, realizado el 18 y 19 de septiembre de 2006 en el Colmex, con ocasión del 20 aniversario luctuoso del autor de Ficciones.

Rafael Olea Franco fue promotor del coloquio y ahora es editor del libro. Además del texto de Dabove, el volumen incluye algunos sobre aspectos diversos y novedosos de la obra borgiana, como los de Silvia N. Barei, Carlos Monsiváis, Alfonso de Toro y Vittoria Borsó.

 
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