Usted está aquí: jueves 22 de enero de 2009 Ciencias Arreglamos el problema o nos lleva el cambio climático: Gay García

■ En México sólo 50 científicos se dedican a investigar el tema, comenta el experto de la UNAM

Arreglamos el problema o nos lleva el cambio climático: Gay García

■ En el país la temperatura podría aumentar ocho grados, alerta

■ “Salvo que desarrollemos una economía basada en servicios, tendremos que importar la comida y traer agua de otro sitio que no sea del cielo”

■ “China, una amenaza; construye dos termoeléctricas por semana”

Mariana Norandi

Para hacer frente al cambio climático se requiere impulsar un nuevo modelo económico que incorpore elementos éticos en el mercado y el consumo. En el caso particular de México, el gobierno debe invertir mucho más en investigación y actuar con mayor firmeza en las negociaciones internacionales porque, de lo contrario, “nos va a llevar el cambio climático”, comentó en entrevista Carlos Gay García, director del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Este centro fue creado en 1977 y desde entonces realiza investigación sobre fenómenos atmosféricos y ambientales. Depende de la Coordinación de Investigación Científica y actualmente es la institución académica mexicana más importante en el contexto del cambio climático. En él se realizan los principales estudios nacionales sobre el calentamiento global y se diseñan los futuros escenarios de México ante este fenómeno. Desde 2001 el CCA es dirigido por Carlos Gay García, pionero en el desarrollo de estudios sobre el cambio climático en México.

De formación astrogeofísica, Gay García fue representante de nuestro país en el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de 1990 a 1999, del cual continúa siendo miembro y coordinador del capítulo sobre Latinoamérica del cuarto Reporte de Evaluación que dio a conocer este grupo de expertos en 2007.

Áreas de estudio

¿Qué tipo de investigación hace el CCA?, se le preguntó al investigador.

Respondió: “Estamos organizados en dos departamentos: uno de ciencias atmosféricas y otro de ciencias ambientales. En el primero nos dedicamos a la parte más física de la atmósfera; estudiamos aspectos como la formación de las nubes, su interacción con aerosoles atmosféricos, pronósticos de tiempo numéricos y temas que tienen que ver con el clima. En el de ciencias ambientales estudiamos tópicos que tienen que ver con lo más inmediato al ser humano, como la contaminación ambiental, la química, física o biológica de la atmósfera e inclusive los daños a la salud causados por los contaminantes, así como sus impactos sociales y económicos. Es un centro multidisciplinario.

–El cambio climático es una de las líneas de investigación más relevantes del CCA. ¿Es cierto que México es extremadamente vulnerable a este fenómeno global?

–Las regiones tropicales y subtropicales son las más vulnerables del planeta y esto no sólo se relaciona con su situación geográfica –en la cual tendremos problemas con el aumento de la temperatura y la disminución de las precipitaciones–, sino que además todos los países que conformamos esta región estamos en desarrollo.

“Las consideraciones del IPCC son que en el transcurso de este siglo la temperatura aumente de uno a seis grados centígrados y, de ser así, afectará la agricultura, el abastecimiento de agua o el mantenimiento de ecosistemas. Entonces, salvo que desarrollemos una economía muy fuerte basada en servicios, vamos a tener que importar toda la comida y traer el agua de otro sitio que no sea del cielo.”

–¿Qué tiene que hacer México para evitar llegar a esta situación?

–Entrar de manera más decidida a las negociaciones internacionales para que los países que emiten más gases de efecto invernadero (GEI) las reduzcan. Si este año en la Conferencia de Cambio Climático de la ONU, en Copenhague, se acuerda reducir 80 por ciento de las emisiones para 2050, el clima se estabilizaría y la temperatura sólo aumentará unos dos grados en el transcurso del siglo (lo cual no le vendría bien a México) pero si todas estas negociaciones fracasan, entonces podríamos estar hablando de un incremento de seis grados a finales del siglo y esto sería una barbaridad, porque a nosotros, según la región, nos podría aumentar hasta ocho grados. Para evitarlo, México tiene que negociar con mucha fortaleza y decisión a escala internacional y lograr que se reduzcan las emisiones.

“En estas negociaciones tiene que comenzar a plantear nuevos modelos económicos, así como aspectos éticos y de equidad, porque así como vamos, no aguantaremos. La comunidad internacional tiene que cambiar el modelo económico mundial, porque no creo que el mismo sistema que nos llevó a este problema nos vaya a sacar de él. Tendremos que cambiar los paradigmas de consumo e incluir aspectos éticos y de equidad en las relaciones económicas mundiales.”

–¿Qué países son los que representan mayor amenaza?

–Estados Unidos es el que más emisiones produce, pero creo que ahora, con el presidente Obama, eso cambiará. También Europa realiza acciones para reducir sus emisiones. Sin embargo, en este contexto, China se está volviendo una gran amenaza, porque construye dos termoeléctricas por semana. Además tiene mucho carbón, que es un energético muy contaminante, por lo que si se agota el petróleo, no va a tener problema en recurrir al carbón con tal de no sacrificar su crecimiento.

–¿Es posible un desarrollo sustentable?

–El desarrollo sustentable es una entelequia y, como tal, sólo hay que ponerle a esa entelequia cambio climático para darse cuenta de que todas las ideas del desarrollo sustentable se pueden caer como castillo de naipes. Hoy el progreso de una nación se puede ver comprometido si a los países favorecidos con el cambio climático, como los del norte de Europa, Siberia o el norte de Canadá, les gana la avaricia y, al ver que aumentan sus periodos agrícolas, quieren hacer su agosto.

–¿Qué opina de medidas como el Proárbol?

–Es un poco esquizofrénico, porque por un lado se siembran 250 millones de árboles y, por otro, éstos sólo representan 30 por ciento de la deforestación. Pero además, ¿cómo sabemos que se plantaron 250 millones y en un fin de semana 9 millones? En realidad tenemos que trabajar con base en la confianza, y aquí nadie se la ha ganado.

Se necesita mucho dinero

–¿Y cómo está México en investigación? ¿Se destinan suficientes recursos para estudiar el cambio climático?

–Se ha generado información, pero todavía falta mucho. Necesitamos aterrizar información a nivel regional, estatal y municipal y, sobre todo, requerimos invertir mucho más dinero para diseñar las acciones mediante las cuales nos enfrentaremos al cambio climático.

–¿Qué aspectos urge estudiar y faltan recursos para hacerlo?

–Tenemos que dar prioridades. Por ejemplo, qué va a pasar con Oaxaca, con el turismo de Cancún, las enfermedades emergentes en Quintana Roo o la agricultura temporal en México; en fin, no se ha decidido todavía con qué empezar ni con quién, porque el CCA no se da abasto. Somos 80 académicos, 40 investigadores, 40 técnicos académicos y no todos se dedican al cambio climático.

–¿Cuántos se dedican al tema?

–Cerca de 10, y sólo cinco nos dedicamos de lleno a eso.

–¿Y en el todo el país?

–Se hizo un catálogo y se incluyeron entre 250 y 300, pero dedicados sólo a cambio climático unos 50, y modeladores (encargados de crear escenarios futuros), alrededor de 10. Esto es, que en 20 años tenemos que haber creado cuadros de investigación y técnicos capaces de estudiar todas las vertientes del cambio climático. Porque arreglamos el problema en este siglo, o nos lleva el cambio climático.

 
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