Usted está aquí: miércoles 21 de enero de 2009 Economía El gas ruso comenzó a llegar a Europa, tras el litigio entre Moscú y Kiev

■ Gazprom y Naftogaz activaron los sistemas de suministro en la madrugada del martes

El gas ruso comenzó a llegar a Europa, tras el litigio entre Moscú y Kiev

■ Decepción en la presidencia ucraniana por el acuerdo concretado por la primera ministra

Afp

Ampliar la imagen Un técnico inspecciona tuberías de gas en la frontera con Ucrania. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, destacó el riesgo que es para Europa depender de un solo proveedor de gas Un técnico inspecciona tuberías de gas en la frontera con Ucrania. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, destacó el riesgo que es para Europa depender de un solo proveedor de gas Foto: Ap

Moscú, 20 de enero. El gas ruso comenzó a llegar este martes a Europa vía Ucrania, aunque la Unión Europea mencionó que esperará dos o tres días antes de declararse satisfecha por el fin de un litigio comercial entre Moscú y Kiev que, en pleno invierno, privó del fluido a muchos países.

Conforme a las promesas hechas el lunes por los primeros ministros de Rusia y Ucrania, Valdimir Putin y Yulia Timoshenko, respectivamente, la compañía rusa Gazprom y la ucraniana Naftogaz pusieron en marcha sus sistemas de suministro de gas durante la madrugada del martes.

Eslovaquia, Hungría y Bulgaria fueron los primeros países, a lo largo de la jornada, en recibir el gas ruso, después de tres semanas de suministro interrumpido por el litigio que mantenían los dos países.

Gazprom suministrará vía Ucrania 423.8 millones de metros cúbicos diarios, de los que 348.8 millones estarán destinados a la exportación hacia Europa, y los otros 75 millones serán para consumo interno ucraniano, explicó el vicepresidente de la compañía, Alexander Medvedev.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, celebró la reanudación del suministro de gas ruso a Europa, alegrándose de poder anunciar al fin a los europeos esta noticia, durante una conferencia de prensa.

“Hoy podemos al fin celebrar la reanudación de las entregas de gas ruso a Europa, al fin podemos decir a los ciudadanos que el gas está por fin en camino”, señaló.

No obstante, Barroso indicó que era difícil celebrar una cosa a la que nunca debería haberse llegado, y se mostró muy decepcionado por la manera en la que los dirigentes de los dos países han negociado durante la crisis.

Por su parte, la presidencia ucraniana mostró su rechazo al acuerdo alcanzado por Yulia Timoshenko. “Estoy decepcionado y anonadado” por el acuerdo, aún “peor” que el propuesto antes de año nuevo, declaró en Kiev, Alexander Chlapak, responsable de la administración presidencial.

Chlapak precisó que el presidente Viktor Yushenko (enfrentado a su primera ministra) “no tiene medios legales para oponerse a estas decisiones”.

A pesar del acuerdo, siguen existiendo ambigüedades y diferencias entre lo que explican cada una de las partes. Según Gazprom, Ucrania pagará 250 dólares por mil metros cúbicos de gas durante el presente año. Timoshenko aseguró, sin embargo, que su país sólo pagará 228.8 dólares.

“Obtuvimos un precio especial para dar a la economía ucraniana tiempo para adaptarse”, justificó Timoshenko, quien explicó, además, que su país pagará 153.9 dólares por el “gas técnico” necesario para mantener la presión de los gasoductos del país, con el compromiso de que no aumentará el precio por el tránsito de gas por territorio ucraniano hacia Europa.

Pasada la página de la crisis, los diferentes afectados empiezan a echar cuentas: Eslovaquia estimó en 100 millones de euros diarios las pérdidas causadas en su economía por la falta de gas.

Gazprom, por su parte, aseguró que espera compensar rápidamente las pérdidas, estimadas en 100 millones de euros diarios, abasteciendo las reservas europeas utilizadas durante el conflicto.

Otra de las conclusiones extraídas del conflicto es la peligrosidad para Europa de depender de un sólo proveedor energético: “Es del todo irrazonable para un país depender de un solo proveedor”, indicó Barroso, refiriéndose a países como Eslovaquia y Bulgaria.

“Necesitamos apoyar todas las medidas que puedan proteger a los ciudadanos europeos contra el riesgo de convertirse en rehenes de futuras disputas”, añadió.

 
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