Usted está aquí: sábado 17 de enero de 2009 Cultura En cada lucha social, los murales “siempre salen por todas partes”

■ La historiadora Ida Rodríguez Prampolini recibirá la Medalla Bellas Artes

En cada lucha social, los murales “siempre salen por todas partes”

■ Sería ideal que el INBA los promoviera como un bien cultural nacional, expresa a La Jornada

■ “Revisa y compone” el catálogo razonado del muralismo mexicano, con auspicio de la UNAM

Merry MacMasters

Ampliar la imagen Ida Rodríguez Prampolini, en imagen de 2006, durante la inauguración del primer diplomado de arte popular en Orizaba Ida Rodríguez Prampolini, en imagen de 2006, durante la inauguración del primer diplomado de arte popular en Orizaba Foto: Fabiola Palapa

Cada vez que emerge una lucha social, los murales siempre salen a relucir en todas partes, sostiene la historiadora Ida Rodríguez Prampolini (Puerto de Veracruz, 1925).

“Sería ideal –prosigue la investigadora, quien recibirá la Medalla Bellas Artes– que el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) promoviera el muralismo como uno de los bienes culturales nacionales.”

En la actualidad, la galardonada con el Premio Nacional de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía 2001 “revisa y compone” el catálogo razonado del muralismo mexicano, proyecto surgido en el contexto del seminario El muralismo, producto de la Revolución Mexicana, en América, creado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), porque “parece ser que en el INBA buscarán patrocinadores para publicar los volúmenes alusivos a las décadas 20, 30 y 40, con motivo del centenario” de la Revolución Mexicana.

Destrucción de murales

Rodríguez Prampolini recuerda que más de la mitad de los murales fueron destruidos. ¿Por qué? Los motivos son de diversa índole: “Por envidias de los mismos pintores, que se peleaban los muros; otros porque la Secretaría de Educación Pública (SEP) partió por la mitad muchos planteles (con murales) para decir que había hecho muchas escuelas; otros por razones puramente políticas, (porque) eran acusados de propagar ideas exóticas como el comunismo, y otros por falta de mantenimiento, sobre todo las pequeñas que hay muchísimos en pueblos de los estados de Guerrero, Yucatán y el mismo Veracruz.”

En muchos lugares, continúa la investigadora, “había murales que no eran de personas famosísimas, pero eran preciosos. Todos ésos se acabaron con la demolición de las escuelas, la modernización de las ciudades, la falta de cuidado de las autoridades y de la gente.

“No hemos tenido recursos suficientes para viajar a todos los pueblos donde sabemos que hay murales.

“Por ejemplo, en Baja California parece que hay una escuela toda pintada, pero no hemos podido mandar un fotógrafo.”

Fuera de los “tres grandes” (José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros), Rufino Tamayo y algunos cuantos más, la obra de los demás muralistas ha recibido poca protección y, como el INBA debe salvaguardar el patrimonio cultural del siglo XX, “sería ideal que promoviera el muralismo como uno de los bienes culturales nacionales”.

–Habrá quien opine que el muralismo es cosa del pasado.

–Sí, pero cada vez que hay una lucha social salen los murales siempre en todas partes. En América Latina el muralismo mexicano tuvo importancia fundamental en todos los países. En el periodo de Salvador Allende (como presidente de Chile) se pintaron cientos de murales. En Oaxaca acaban de hacer éstos que llaman esténciles, que son una especie de mural. Y todos los grafitis, que son en gran manera murales también.

“Creo que México es el país en que tiene más murales, o que ha tenido, por lo menos. Desde toda su historia prehispánica, colonial, siglos XIX, XX y XXI, transformándose, claro; algunos eran decoraciones, otros protestas y otros alabanzas.”

Artistas se alejan del público

Rodríguez Prampolini, directora fundadora del Instituto Veracruzano de Cultura (1987-1993) y del Consejo Veracruzano de Arte Popular, en la actualidad desea retomar algunos trabajos, “sobre todo una investigación muy larga sobre arte por el arte versus arte social”.

Es autora de una larga lista de libros; un grupo de estudiantes de maestría en historia del arte de la UNAM ha emprendido la tarea de recopilar sus más de 500 artículos, seleccionarlos y hacer una publicación.

Desde hace tiempo, sin embargo, a la historiadora ya no le interesa escribir sobre arte contemporáneo: “Me parece una estupidez lo que hacen actualmente los llamados artistas”.

–¿Por qué?

–No tiene ningún sentido, presumen de ya haber salido del mercado y están metidos con las grandes empresas, con Jumex, con las colecciones de Slim, de Alemán, de no sé quién. Están vendidos, pero más altamente. Luego, han perdido total comunicación con el público. Lo que están haciendo ahorita no me importa nada, nada, nada.

–Prefiere dedicarse a...

–Educar a las personas. Creo fundamentalmente en la educación. (Pero), mientras esté en manos de esta estúpida de la Gordillo, estamos perdidos.

–En cuestión de educación artística, ¿México ha retrocedido?

–Ha crecido considerablemente la población; entonces, es insuficiente lo que se gasta en ciencia, tecnología y arte. En preparación de esas tres cosas, investigación artística, científica y tecnológica, se necesita aumentar bárbaramente los esfuerzos del gobierno, pero compran metralletas y estas armas para combatir al crimen organizado. Y, mientras menos educación, más crímenes habrá.

La Medalla Bellas Artes se entregará a Ida Rodríguez Prampolini el jueves 22 a las 19 horas en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

 
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