Usted está aquí: miércoles 7 de enero de 2009 Espectáculos Melón

Melón

Luis Ángel Silva
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■ Salsa, la de mis tacos

Empezaré por darle dos noticias que no son gratas. La primera es por el fallecimiento de Emilio Domínguez. La otra se refiere al estado de salud un tanto crítico de Leonel Polanco, quien dejó constancia de su calidad como primera voz de Los Tres Caballeros. También durante sus principios formó parte del ambiente sonero.

Según noticias que familiares y amigos me hacen llegar se encuentra en una clínica de Laredo, Texas. Desde aquí hacemos votos por su pronta recuperación.

Déjeme decirle, mi yeneka, que Leonel lega con Cantoral y Chamín grabaciones que no tienen desperdicio y, según mi particular punto de vista y mi gusto personal, no fueron superados por el llamado Sol, digan lo que digan sus admiradores.

Concédame el beneficio de la duda, mi enkobio, y póngase a escuchar El reloj y La barca, para que pueda notar la diferencia entre cantar y gritar. Además, con el agravante del “seseo”. Por lo tanto, ánimo, Leonel, ponte duro y lucha contra el mal que te aqueja y regálanos la dicha de escucharte otra vez.

Pasando a otra cosa apareció en el ambiente un nuevo lugar llamado Gambrinus, donde la empresa ha tenido el buen tino de reunir grupos para todos los gustos, y el platillo fuerte ha sido la reaparición de Moy Domínguez, plenamente recuperado de los males que lo alejaron de los escenarios un buen tiempo.

En Gambrinus también actúan el Conjunto Batachá, Gilberto Moreno y Pepe Arévalo. El sitio se encuentra en la Calzada de Guadalupe, cercano al cine de La Villa, así que no se pare la rumba, mi asere.

Por otra parte, monina, quisiera darle datos de varios discos que recientemente mi cuaderno Carlitos Vázquez me ha obsequiado y están de aquellita. Aquí van sus nombres: Mongo Santamaría and Friends; Cuban Classics Vol XIII, Rumbas and Mambo with Noro Morales; Bebo Valdés, Cuban Dance Party. Le aseguro que todos están por la maceta.

Platicando con algunos contemporáneos llegaron los recuerdos y vimos como las cosas han cambiado y las tradiciones se han transformado, por no decir perdido. Después de tanto estar presentes en el transcurrir del tiempo con la consiguiente evolución de la música cubana, llegamos a la conclusión de que no se han superado varios aspectos que se hicieron en el pasado.

Por mi parte le contaré, mi nagüe, que tengo la impresión de que llegué al medio sonero en el momento preciso, para así ser testigo del cambio del son de papá y mamá al de utilizar instrumentaciones, para posteriormente pasar al mambo de Pérez Prado. Más tarde llegó el cha-cha-chá y aquí en nuestro país la pachanga tuvo un paso fugaz y puede decirse sin pena ni gloria.

Así fueron transcurriendo los años hasta que llegó “la salsa” que a mí lo único que me parece “salsoso” es el éxito que ha tenido la palabra. Porque si “la salsa” tiene montuno y mambo, quisiera que alguien me dijera ¿dónde está lo nuevo?

Por lo tanto, para mí el Gran Combo con Arroz con habichuela se la comió con todo y peluca. Sigo pensando que el nombre debe ser música con salsa, puesto que hay antecedentes, uno de ellos el número de Ignacio Piñeiro, Echale salsita, y Machito con más “salsa que pescao”. Así que no le digan, que no le cuenten, porque seguro le mienten.

Otro ejemplo es Oye como va, de Tito Puente, grabado por primera vez en los años 60 del siglo pasado. Si lo califican de salsa, se tiene que considerar a Tito como adelantado al mito de la salsa, por supuesto acompañado de Machito, Palmieri, Cortijo y muchos “etcéteras” más, que dejaron constancia de su calidad y tocaban música con salsa.

Debo aclarar que lo que escribo son opiniones personales, respetando las de usted y las que puedan tener todos aquellos que no estén de acuerdo con mis conceptos. Pero, insisto, ¡salsa, la de mis tacos!

Para terminar, deseo que 2009 sea venturoso para todos aquellos que habitamos este sufrido plantea llamado tierra y que el “catarrito” a los mexicanos nos haga lo que el viento a Juárez porque llevamos muchos años acostumbrados a las crisis. ¡Vale!

 
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