Usted está aquí: lunes 5 de enero de 2009 Sociedad y Justicia Inasistencia de Benedicto XVI desdibuja sexto Encuentro Mundial de las Familias

■ Arquidiócesis de México busca rescatar el acto religioso

Inasistencia de Benedicto XVI desdibuja sexto Encuentro Mundial de las Familias

José Antonio Román

Convencida de que la inasistencia del papa Benedicto XVI al sexto Encuentro Mundial de las Familias restará notoriedad al evento, la Arquidiócesis primada de México, como Iglesia anfitriona, hace hasta lo imposible para rescatarlo y hacer un papel “lo más digno posible”, ante el abandono de algunos patrocinadores y voluntarios y una evidente falta de coordinación.

A menos de 10 días para el inicio del encuentro, previsto del 14 al 18 de este mes, se tienen registrados casi siete mil congresistas de todo el mundo, lejos de las expectativas generadas hace tres años, cuando desde Valencia, España, este mismo pontífice que ahora, por “sugerencias médicas”, ha decidido no acudir a la cita mundial, anunció que la próxima sede sería la ciudad de México.

No obstante, Benedicto XVI nombró al secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Tarcisio Bertone, como “legado pontificio”, es decir, como su representante personal para dicho encuentro, además de que se tiene confirmada la asistencia de unos 30 cardenales y 80 arzobispos y obispos de todo el mundo, que se sumarán a los poco más de 100 obispos mexicanos.

Esta será la primera vez que no asistirá un pontífice romano a dicho acto, ya que Juan Pablo II, quien los instituyó, no faltó a ninguna de las cinco ediciones anteriores, desde el primero que se realizó en Roma, en 1994. Las siguientes citas fueron: Río de Janeiro, 1997; nuevamente Roma, en 2000, con motivo del Jubileo; Manila, 2003; Valencia, 2006, y ahora México, en el inicio de 2009. Todos los encuentros han tenido un tema de discusión y reflexión. Para nuestro país fue elegido La familia formadora en los valores humanos y cristianos.

Al respecto, Benedicto XVI dijo, mediante una carta, que los padres deben ser los “primeros y principales” educadores de los propios hijos y recordó la epístola Gratissimam sanae, escrita por Juan Pablo II, en el que señalaba que la familia está llamada a desarrollar su tarea educativa en la Iglesia, participando así en la vida y la misión eclesial.

En su misiva, Joseph Ratzinger dijo estar convencido del “buen resultado” que puede aportar a toda la sociedad el encuentro de México, así como los beneficios que generará este acto para todas las personas en general.

Crítica a legisladores y gobiernos

Mientras tanto, mediante su semanario Desde la fe, la Arquidiócesis de México criticó a legisladores y gobiernos que “atacan por todas partes el núcleo familiar” y fomentan leyes que deforman el sentido de la convivencia de esta célula de la sociedad. De manera especial deploró la situación en la ciudad de México, con la aprobación de la Ley de Sociedades en Convivencia, los divorcios exprés y la despenalización del aborto, aprobada desde hace más de un año.

“Algunos legisladores de la capital se oponen rabiosamente a los valores que promueve la Iglesia católica, tachándola de anacrónica y de interferir en la política, y se ufanan de triunfos absurdos contra la vida y la familia.”

Por su parte, el cardenal Norberto Rivera, en una invitación a participar en el encuentro mundial, advirtió que sólo por conducto de la cohesión familiar se podrá evitar el camino a la violencia, la delincuencia, el abuso de la mujer y de los niños o la indiferencia a la hora de elegir entre el bien y el mal.

 
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