Usted está aquí: miércoles 31 de diciembre de 2008 Espectáculos Buena Vista Social Club en Carnegie Hall, una de las mejores grabaciones del año

2008: sorpresas y contrastes

■ Transmite la profunda conexión de los legendarios artistas con el público: Ry Cooder

Buena Vista Social Club en Carnegie Hall, una de las mejores grabaciones del año

Variaciones Mandinga, Ojo de culebra y Puño de tierra, otras de las producciones destacadas

Tania Molina Ramírez

Ampliar la imagen Toumani Diabaté Toumani Diabaté

Ampliar la imagen Ibrahim Ferrer aparece en la portada del disco Buena Vista Social Club en  Carnegie Hall Ibrahim Ferrer aparece en la portada del disco Buena Vista Social Club en Carnegie Hall

Las grabaciones estuvieron guardadas durante una década hasta que al fin este año salieron a la luz gracias a los avances tecnológicos y la destreza del ingeniero de sonido Martin Pradler. Se trata del disco Buena Vista Social Club en Carnegie Hall (World Circuit/ Discos Corasón), que rescata el histórico concierto que ofrecieron los músicos cubanos. El cedé transmite la enorme energía y emotividad, “la profunda conexión”, como le llamó el productor Ry Cooder, entre los legendarios artistas y el público, buena parte cubana. “Fue la última vez que se escuchó en vivo música de este tipo con este poder (Ibrahim Ferrer, Rubén González y Compay Segundo fallecieron)”, dijo Cooder. Y más adelante insistió: “Nunca vas a volver a escuchar algo como esto”.

El lanzamiento de este cedé doble fue uno de los hitos en el mundo de la música este año que concluye.

Lo mejor en sonido tradicional

Desde otro lugar del planeta también prolijo en su música, Mali, Toumani Diabaté ofreció un hermoso y singular disco, Variaciones Mandinga (World Circuit/Discos Corasón), nominado al Grammy como mejor álbum de música del mundo tradicional.

En Variaciones Mandinga, el maestro del kora expande el universo de este instrumento, muestra los caminos por los que ha venido incursionando durante décadas, al lado de músicos tan disímbolos como Björk, el grupo flamenco Ketama, el blusero Taj Mahal y Ali Farka Touré (con quien obtuvo un Grammy por el disco En el corazón de la luna).

El álbum abarca piezas tradicionales, como Djourou Kara Nany, en memoria del emperador Alejandro Magno, hasta contemporáneas, como Ali Farka Touré, en homenaje al músico también maliense, resultado “de una improvisación en el estudio, movida por sentimientos de tristeza y admiración por este gran hombre”, comenta Diabaté en las notas del disco.

Diabaté utiliza dos koras, una de más de 40 años, regalo de su padre, y otra con modernas adaptaciones y con una afinación que inventó, a la cual llama “egipcia”.

De regreso en este continente, Lila Downs lanzó Ojo de culebra/Shake away (Manhattan Records/Blue Note), una producción con un pie en Estados Unidos y otro en México.

Downs, nacida con ambas culturas en la sangre, ha cantado del México y al México en los dos lados de la frontera. Su necesidad de componer nació, precisamente, al escuchar las historias de los migrantes.

Ahora, Ojo de culebra es una de las obras más destacadas en imaginar a qué suena la música del México que ya no es migrante, cuya identidad es cada vez más binacional. Así, Justicia, dedicada a su tierra oaxaqueña, comienza con aires tradicionales, con la voz en un registro alto. La canción se transforma en un rap (“ya no quiero llorar de pena, sólo quiero cantar azucenas”), y entra una guitarra eléctrica, con la voz acompañante de Enrique Bunbury, y se transforma en un rock, para culminar en cumbia. Y todo esto con un resultado limpio, tejido con extraordinario cuidado.

En la producción participan como músicos invitados Gilberto Gutiérrez, de Mono Blanco; Rubén Albarrán, de Café Tacvba, y Mercedes Sosa, entre otros.

Ojo de culebra está postulado al Grammy como mejor álbum de música del mundo contemporánea.

De regreso al continente africano, la popular pareja Amadou & Mariam lanzaron, a fin de año, Welcome to Mali (Because). Un disco de afrobeat, funky, blusero y dulce. El disco abre con Sabali, con un sonido de teclado que parece flotar y la voz hipnótica de Mariam.

Entre los músicos invitados está Toumani Diabaté. Fue producido por Marc-Antoine Moreau y Lauren Jais.

Un disco anterior de Amadou & Mariam, Dimanche a Bamako, fue producido por Manu Chao, lo cual lleva a otro de los destacados lanzamientos de este año. En nuestro país salió Estación México (Grabaxiones Alicia), con un concierto íntimo del cantante y Radio Bemba Sound System llevado a cabo en el Multiforo Alicia en 2006.

En esa noche de rumba los músicos interpretaron temas nunca grabados, junto con clásicos como Clandestino.

Por otro lado, Eugenia León lanzó Puño de tierra, que reúne canciones populares mexicanas como Grítenme piedras del campo, de Cuco Sánchez; Échame a mi la culpa, de José Ángel Espinoza Ferrusquilla, y Cartas marcadas, de Chucho Monge.

Durante el Festival de México en el Centro Histórico se presentaron Enrique Morente y la banda granadina Lagartija Nick, con su potente y revolucionario flamenco de siglo XXI. Este año, Morente lanzó por Internet la venta de la nueva versión masterizada (que incluye una colaboración de Sonic Youth) del emblemático Omega, un disco de 1996 que sigue sonando vanguardista. En Omega electrifica la poesía de Federico García Lorca, los hermanos Machado y Leonard Cohen.

 
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