Usted está aquí: miércoles 24 de diciembre de 2008 Sociedad y Justicia Inhabilitan en España a juez homófobo

■ La sanción, 2 años 3 meses y un día; Ferrín Calamita anteponía su moral ultracatólica

Inhabilitan en España a juez homófobo

■ Miembro del Opus Dei, se negó reiteradamente a conceder la adopción a una pareja de lesbianas

Armando G. Tejeda (Corresponsal)

Madrid, 23 de diciembre. El hasta ahora juez de familia Fernando Ferrín Calamita se convirtió en un personaje público tras conocerse su polémica manera de aplicar la ley: anteponía los dogmas morales de la Iglesia católica y de su libro de cabecera, Camino, del fundador del Opus Dei José María Escrivá de Balaguer, a la jurisprudencia que se aprobaba en las cortes. Una de sus obsesiones, como la de muchos ultraconservadores y miembros de esta agrupación católica, tenía que ver con la sexualidad, en este caso con la homosexualidad de dos mujeres que tuvieron el infortunio de que llegara hasta el despacho de este magistrado uno de los trámites burocráticos más importantes de su vida: la adopción legal de su hija.

Un año y medio después de que la opinión pública conoció el proceder y las gruesas palabras contra los homosexuales de este magistrado, finalmente el Tribunal Superior de Justicia emitió una resolución en la que condena a Ferrín Calamita a una pena de inhabilitación de dos años, tres meses y un día para cualquier tipo de cargo público. La sentencia destaca dos cuestiones especialmente dolorosas para las ciudadanas afectadas: haber retrasado de forma “maliciosa” los trámites para que la hija natural de una de las querellantes fuera adoptada por su esposa y, a efectos prácticos, también madre de la niña. La segunda cuestión es su notorio “desprecio a la orientación sexual de la adoptante (lesbiana)”.

Ferrín Calamita inició su carrera judicial en 1987 en Chiclana, Cádiz, donde también comenzó su polémica trayectoria: unas semanas después de asumir el cargo de juez ordenó el arresto de dos mujeres que se bañaban en la playa sin la parte superior del traje de baño, con el argumento de que “le molestaban”. Esta práctica, que en ningún caso estaba prohibida por la ley, obligó a esas dos jóvenes a pasar tres días en el calabozo.

Pero este juez provocó el interés de la Comisión Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que le abrió expediente por al menos dos casos que pasaron por su despacho. El primero es el que afecta a la pareja formada por Vanesa de las Heras y Susana Meseguer, quienes, después de varios años de relación, decidieron tener una hija por inseminación artificial, Candela, de 15 meses. Una vez aprobada la nueva ley del matrimonio homosexual decidieron formalizar su enlace con el objetivo prioritario de garantizar que la pequeña Candela estuviera protegida legalmente en caso de que le pasara algo a su madre biológica. Este trámite, que han realizado ya centenares de parejas desde 2005, requiere sólo de un proceso burocrático; sin embargo el juez ha decidido retrasar hasta la exasperación la aprobación del documento que formalizaría legalmente que Candela tiene dos madres. Sus argumentos para reclamar informes a todos los sicólogos de la Dirección General de la Familia de Murcia, y así retrasar su decisión, fueron los siguientes: “¿No es un derecho del menor el de ser insertado en una familia normal, compuesta por dos personas de distinto sexo y que, por ello, son complementarias entre sí, lo que no ocurre en el caso contrario? ¿Es irrelevante, desde el punto de vista de la supremacía del interés del menor, que los progenitores, biológico o adoptivo, con quienes aquél diariamente convive, sean o no del mismo sexo? ¿No es alta la probabilidad, por ejemplo, de que sea homosexual imitando el patrón que ha vivido en casa en sus años fundamentales para la formación de su personalidad?” Incluso llegó a equiparar la homosexualidad con “la condición de toxicómano, pederasta, prostituta y la pertenencia a una secta satánica”.

Ferrín Calamita, que también podría tener que someterse a una serie de pruebas para verificar su salud síquica para ejercer un cargo de tan alta responsabilidad social como el de juez, es un conocido miembro del Opus Dei y un efusivo defensor de las tesis más retrógradas de la Iglesia católica, como la que ayer mismo difundió desde Roma Joseph Ratzinger, en las que decía que los homosexuales “destruían a la humanidad”. Ahora, tras la sentencia, Ferrín Calamita no podrá vestir la toga, y deberá pagar las costas del proceso a la pareja afectada, a la que también deberá indemnizar con 6 mil euros.

 
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