Usted está aquí: miércoles 24 de diciembre de 2008 Política El Estado no puede responder al narco con exceso de fuerza innecesario: militar diputado

■ “Lo principal es que entre la gente no se propague el hecho de que el Estado va a ser rebasado”

El Estado no puede responder al narco con exceso de fuerza innecesario: militar diputado

Roberto Garduño

Ampliar la imagen El general Roberto Badillo, contra actos ilegales El general Roberto Badillo, contra actos ilegales Foto: José Carlo González

El Estado mexicano no puede caer en provocaciones ni responder con exceso innecesario a las barbaridades de los narcotraficantes, señaló el secretario de la Comisión de Defensa Nacional en la Cámara de Diputados, general Roberto Badillo.

Demandó a las autoridades no violentar la Constitución y juzgar, mediante las penas máximas establecidas en la ley, a los responsables de la decapitación de ocho militares, el fin de semana pasado, en Guerrero.

Por el contrario, César Duarte Jáquez, presidente del Congreso federal, respaldó la advertencia emitida por el general Guillermo Galván, secretario de la Defensa: “es comprensible una reacción ante hechos tan claros de ferocidad. El Ejército no puede permitir, de ninguna manera, un trato así, de nadie, y por eso es prudente la posición del secretario de Defensa… era necesario ese mensaje a quienes están pretendiendo sembrar el terror y el miedo en la sociedad mexicana”.

El general Roberto Badillo, opositor a una respuesta desbordada de parte de las fuerzas armadas contra los responsables de las decapitaciones, porque implicaría martirizar a delincuentes, anunció que en febrero presentará una iniciativa de ley para crear la Guardia Nacional, que sustituya a las corruptas policías federales. “Eso le conviene al Presidente, al pueblo de México; conviene que el Ejército se haga cargo de esto, lo hacen en los países exitosos del mundo”, refirió.

Para el general, la situación nacional “es delicada, pero lo principal es que entre la gente no se propague el hecho de que el Estado va a ser rebasado”. Insistió en que por encima de las policías y de la Procuraduría General de la República, las fuerzas armadas se van a adaptar a la lucha para contrarrestar las acciones de los narcotraficantes.

“Lo importante es que las fuerzas armadas no vayan a violentar la legalidad. El Estado no puede responder ni caer en provocaciones ni mucho menos hacer caso, en la misma forma, de las barbaridades con que el crimen organizado trata de defenderse. Creo que los responsables de lo que pasó en Guerrero deben ser llevados por instancias legales ante un tribunal para que los condene con las penas máximas dentro de la ley.

“No estoy de acuerdo en que una provocación deba responderse con un exceso de fuerza innecesario que en un momento dado pueda violar la Constitución. La organización, el adiestramiento, el espíritu de sacrificio y, sobre todo, el saber que se defiende a los mexicanos, para las fuerzas armadas es un gran elemento para conservar su moral muy alta a pesar de actos criminales como los que hemos visto en Guerrero. Tengo mucha confianza en que las fuerzas armadas van a responder con la fuerza de la ley”.

–¿Sugiere que no se exalten los ánimos?

–Yo creo que el Ejército no va a caer en provocaciones. Las fuerzas armadas actúan con principios muy firmes; la lucha debe ser legal, sin radicalizar y no hacerse inmoral ni inhumana como lo está haciendo la delincuencia. No creo que deba llamarse traidores a la patria ni enemigos del pueblo mexicano a los que violentan la ley; son violadores de la ley, que transgreden principios constitucionales, pero no debemos caer en calificativos que los martiricen o que su gente que los apoya y respalda, entre ellos sus familiares, los consideren como luchadores de una causa justa. El Estado debe tratar a estos sujetos como criminales simplemente.

–Dada la corrupción imperante en las policías, ¿el Ejército está solo en esta lucha?

–Eso se está diciendo y así está pasando ahora, porque 95 por ciento de las acciones contra el narcotráfico las realizan las fuerzas armadas, por la corrupción en las policías. La corrupción en las policías no es nueva, como se trata de decir desde el Estado; esa corrupción tiene 25, 30 años. ¡Hombre, yo la viví siendo comandante! Los datos que han dado son aproximados, porque han dicho que 50 por ciento (de los agentes) no pasa los exámenes, y que 10 por ciento probablemente esté coludido, ¡eso no puede ser! Eso es viejo, la corrupción en la policía es grave.

 
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