Usted está aquí: miércoles 24 de diciembre de 2008 Economía Crisis de automotrices pone en riesgo la economía del sureste de Coahuila

■ GM, Chrysler y proveedoras adelantaron vacaciones; 12 mil obreros pararán hasta febrero

Crisis de automotrices pone en riesgo la economía del sureste de Coahuila

■ Acepta la CMT “jugadas de sacrificio”, como la rebaja de 50% al salario, “para salir adelante”

Leopoldo Ramos (Corresponsal)

Ampliar la imagen Modelos de la camioneta Trailblazer de Chevrolet en la planta de Dayton, Ohio Modelos de la camioneta Trailblazer de Chevrolet en la planta de Dayton, Ohio Foto: Ap

Saltillo, Coah., 23 de diciembre. La economía del sureste de Coahuila está prendida de alfileres debido a la crisis en la industria automotriz, principal generadora de empleo e ingresos en Saltillo y Ramos Arizpe, entre otras ciudades.

Los efectos ya empezaron a sentirse: en los últimos 10 días las empresas –previo acuerdo con sindicatos y autoridades– adelantaron las vacaciones de unos 30 mil obreros, lo que mermará sus salarios. En el mejor de los casos, los trabajadores estarán fuera lo que resta de diciembre y en la primera semana de enero podrían reincorporarse.

Sin embargo, entre 10 mil y 12 mil trabajadores no correrán la misma suerte, pues las empresas para las cuales trabajan suspenderán operaciones por lo menos hasta mediados de febrero.

Durante este periodo de seis a ocho semanas, los obreros tendrán dos opciones: conformarse con la mitad de su salario o buscar otra fuente de ingresos.

Las armadoras General Motors y Chrysler, que tienen plantas en Saltillo y Ramos Arizpe y ocupan a unos 10 mil obreros, así como docenas de compañías proveedoras, que dan empleo a unas 25 mil personas, acordaron con el gobierno y líderes sindicales aplicar medidas “de sacrificio” con las cuales los empleados llevan la peor parte.

Por ejemplo, ante cualquier riesgo financiero, las empresas, individualmente o en grupo, podrán adelantar las vacaciones de su personal y recortar salarios hasta 50 por ciento.

De acuerdo con el dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en Coahuila, Tereso Medina Ramírez, esta medida es “mucho menos dolorosa” que un despido masivo. A su juicio, los obreros deben “aguantar” con ingresos más bajos cada vez que las empresas tengan problemas económicos.

El dirigente cetemista anticipó que en las negociaciones salariales para 2009 los sindicatos de la industria automotriz sólo buscarán que las empresas garanticen el incremento de 4.6 por ciento directo al salario, sin mejoría en prestaciones, a fin de “privilegiar el empleo”.

“Tenemos que evitar que nuestros trabajadores se vayan a la calle”, por ello se recurrirá a “jugadas de sacrificio” para que “podamos salir adelante, porque lo más impopular sería recurrir a los despidos masivos, anotó.

Por lo pronto, este lunes General Motors de México sacó de su complejo industrial en Ramos Arizpe a unos 4 mil 600 operarios (alrededor de 75 por ciento de su personal), quienes no regresarán a laborar antes del 22 de febrero.

“Desde hace una década General Motors suspende sus actividades la última semana de diciembre y otorga vacaciones a los trabajadores, pero a partir del 2 de enero se juntará con el paro técnico y una parte de los trabajadores regresará el 2 de febrero y otros el 22”, señaló el titular de la Secretaría de Fomento Económico en el estado, Jorge Alanís Canales.

General Motors suspenderá operaciones en las líneas de fabricación de sus modelos Chevy, HHR, Saturn Vue y Captiva.

Lo anterior se suma al paro en las tres plantas de Chrysler en Coahuila (dos en Saltillo y una en Ramos Arizpe), donde se redujo a la mitad el salario de unos 7 mil trabajadores.

El gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, instó al presidente Felipe Calderón a aplicar de inmediato acciones que fortalezcan el mercado nacional de automóviles.

Moreira propuso cancelar o suspender el cobro de la tenencia vehicular y del impuesto sobre vehículos nuevos, y que se cierre el ingreso de vehículos compactos fabricados en Brasil y otros países.

Puntualizó que estas medidas incrementarán la posibilidad de que los mexicanos compren vehículos nuevos fabricados en México. Esta medida aliviaría a las armadoras y a los estados donde están establecidas ante el colapso de las ventas en Estados Unidos y otros mercados.

 
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