■ No sé si por ser mujer no me lo perdonaron, dijo la pugilista
Ante Moreno di la peor pelea de mi vida, admite la Barbie Juárez
■ Tenía gripe, pero imposible cancelar porque se me cierran puertas, argumentó
Todo el tiempo a la carrera, de El Ocotal, donde corre diariamente, al tianguis donde vende ropa; del gimnasio a la casa para cuidar a su pequeña hija, pero esa parte de la vida de la pugilista Mariana Juárez pocos la conocen, y a unas semanas de la función en la que defendió su cinturón internacional ante Esmeralda Moreno, en un combate donde le concedieron una victoria que no dejó satisfechos a su seguidores, la Barbie explica las circunstancias en las que se dio esa pelea: “No sé si por ser mujer, pero no me perdonaron que no estuviera en mis mejores condiciones”.
Se vio mal, admite, y dio la peor pelea de su carrera. Sin embargo, asegura que ganó claramente, aun cuando subió a pelear enferma de una gripe que le impidió mostrarse como acostumbra y así se arriesgó a cumplir con el compromiso pues, de lo contrario, se le podía complicar el panorama para futuras contrataciones.
“No me justifico, pero las boxeadoras no podemos darnos el lujo de cancelar combates, porque si lo hacemos se nos pueden cerrar algunas puertas.
“No podemos decir: ‘no voy a pelear porque estoy enfermo’, porque además las mujeres casi no tenemos funciones. Los promotores ganan más con los muchachos, así que con pocas oportunidades, y todavía decir que no... Tenemos que pelear a fuerza y, aunque no me molesté porque me abuchearon, pues sí sentí feo”, lamenta.
“Además pensé: ‘ya viene diciembre y las fiestas, y si no peleo me voy a quedar sin dinero.’”
Pero el compromiso laboral no fue lo único que obligó a Juárez a arriesgar una trayectoria que hasta el momento era impecable y que le había hecho ganar un nicho entre numerosos aficionados al boxeo. Confiesa que a la hora de tomar decisiones el cálculo económico, por todo lo que había invertido en su preparación, la empujó esa noche al cuadrilátero.
“El sueldo de una boxeadora no alcanza para vivir ni un mes. Además tiraría todo lo que invertí en mi preparación. Para esta pelea me dieron 80 mil pesos. A eso hay que restarle impuestos y los gastos de mi entrenador. Debo 7 mil por prepararme y, si empiezo a descontar todo eso, ¡me queda para irme a comer bien sólo un día! Me quedarán 20 mil pesos después de tres meses de trabajo sacrificado”.
Mariana empieza a hacer cuentas y no le salen, porque entre pasajes de micros y suplementos alimenticios también tiene que pensar en los gastos de guardería para su pequeña y en ayudar a sus padres, con quienes vive.
A pesar de todo, la Barbie reconoce que la suerte empezó a cambiarle tras un año de intensa actividad en los encordados, pues recibió además de la invitación para aparecer esporádicamente en una telenovela, un auto de lujo que le regalaron sus patrocinadores.
Además, es la única mujer que ingresó al programa de becas Ring Telmex, que brinda 10 mil pesos mensuales para las promesas de los guantes.
“En vez de que esté feliz, me siento un poco triste porque no puedo dejar de pensar en mis compañeras, en muchas mujeres que necesitan de estos apoyos porque también son madres.”
–¿Crees que los muchachos también piensen en sus compañeros cuando les ofrecen una oportunidad?
Muerta de risa responde: “No, no creo que les pase por la cabeza” y promete que seguirá insistiendo en dignificar el papel de las mujeres en este deporte.