Usted está aquí: martes 9 de diciembre de 2008 Cultura El museo Tamayo propone una revisión de su acervo alrededor del “primitivismo”

■ Abrirá la muestra colectiva Tierra espiritual, con 32 obras alusivas a esa búsqueda estética

El museo Tamayo propone una revisión de su acervo alrededor del “primitivismo”

Fabiola Palapa Quijas

Ampliar la imagen Tierra espiritual, 1963, obra de Victor Brauner que da título a la exposición en el recinto de Paseo de la Reforma esquina Gandhi, Chapultepec Tierra espiritual, 1963, obra de Victor Brauner que da título a la exposición en el recinto de Paseo de la Reforma esquina Gandhi, Chapultepec

El Museo Tamayo Arte Contemporáneo albergará a partir de este jueves la muestra Tierra espiritual, en la que presenta una revisión de su colección sobre el término primitivismo, que Pablo Picasso utilizó con máscaras africanas para desarrollar interpretaciones abstractas y geométricas de la forma humana y que tuvo influencia en varios artistas durante el siglo XX.

El curador del recinto, Tobias Ostrander, explicó que la tendencia de diseños abstractos y símbolos tomados de las culturas no occidentales representó formas liberadas de las restricciones del racionalismo occidental. “Las obras tienen formas de África, Egipto y México que despertaron interés en los europeos por los diseños mayas y aztecas”.

Tierra espiritual integra 32 piezas que reflejan esa búsqueda que llevó a algunos creadores a emplear imágenes de las culturas indígenas de África, Oceanía, el norte de América y los mayas.

Ostrander indicó que el discurso museográfico de la muestra fue a partir de la revisión que cada año se realiza de la colección permanente del museo, integrada por 400 piezas.

“Buscamos temáticas diversas para que el público conozca las obras de artistas poco conocidos, y el primitivismo es un término muy conocido, que generó discusión entre los creadores europeos en torno a las formas abstractas y geométricas. Es una historia interesante en el mundo del arte”, dijo el experto.

En las décadas recientes, el primitivismo ha sido cuestionado por muchos críticos culturales que consideran que a menudo ha implicado varias formas de atribuir un carácter exótico a las culturas no occidentales por artistas occidentales.

El curador señaló que muchas críticas surgieron en respuesta a la exposición Primitivismo en el arte del siglo veinte, que se presentó en el museo de Arte Moderno de Nueva York en 1984.

“Los críticos afirmaban que las culturas primitivas o menos desarrolladas simplemente eran diferentes a las de Europa, pero el primitivismo buscaba formas de otros contextos culturales para expresar sus ideas contra el racionalismo y la guerra.”

La muestra también incluye obras sobre el animismo, la creencia de que todos los seres vivos, como las plantas, materiales orgánicos, animales o elementos celestiales, están dotados de alma viviente.

“Hacemos referencia a este término porque en la exhibición hay artistas que tienen una relación con materiales orgánicos, como tejidos con fibras o con la tierra y los árboles. Se utilizan estos productos como algo mágico que tiene espíritu y una conexión antropológica.”

El curador del Tamayo detalló que las obras abarcan de 1935 a 2005, de las cuales dos fueron donadas por artistas que han expuesto en el recinto. La donación más reciente fue la que realizó el fotógrafo alemán Wolfgang Tillmans, de quien se llevó a cabo una muestra en febrero de 2008; las obras que donó son Empire avalanche (Imperio avalancha, 2005) y Moonrise Puerto Rico (Salida de luna Puerto Rico), 1995).

Avalancha –explicó Ostrander– es una imagen de piedras y una montaña, y el otro cuadro es un atardecer. La espiritualidad, el paisaje y el uso de las formas geométricas son tres de los principales hilos temáticos que presenta en esta ocasión el museo en una nueva revisión de su acervo.”

Entre los artistas que cultivaron intereses primitivistas o animistas, que forman parte de la muestra, figura Victor Brauner, quien estudió los jeroglíficos egipcios, así como los códices mexicanos prehispánicos, y cuya pintura Tierra espiritual (1963) da nombre a la exposición.

El caso de La femme cheval (La mujer caballo, 1949), obra de Wifredo Lam, revela las investigaciones del pintor sobre los símbolos y las formas espiritualistas afrocubanas. Sin título (1947), de Max Ernst, refleja el estudio de las máscaras africanas, realizado por el artista alemán; Le grelotteur (El tiritador, 1959), de Jean Dubuffet, ofrece un impresionante ejemplo del estilo art brut que desarrolló con base en el estudio de las creaciones de artistas irracionales, carentes de toda formación, arte creado por enfermos mentales, presos y niños.

Así también El ojo del adivino (1965), de Carlos Mérida, da testimonio de la mezcla entre la abstracción modernista y los patrones mayas prehispánicos. En la fotografía Techo de paja, de Manuel Álvarez Bravo, se muestra la belleza peculiar de la materia orgánica.

La exposición también incluye Mensaje XV, Levítico, XX: 18 (1959) y La Luna (1960) de Ma-thias Goeritz; y así como Costa (1973), de Rufino Tamayo, representa una de las pocas pinturas no figurativas del artista.

La exposición Tierra espiritual se abrirá el jueves 11 de diciembre y concluirá el 26 de julio de 2009 en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo (Paseo de la Reforma y Ghandi s/n, Bosque de Chapultepec).

 
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