Usted está aquí: miércoles 26 de noviembre de 2008 Sociedad y Justicia Aprueba el Senado que enfermos terminales suspendan tratamientos

■ Evita la palabra “eutanasia”; los pacientes podrán recibir cuidados paliativos en sus domicilios

Aprueba el Senado que enfermos terminales suspendan tratamientos

■ No se trata de desconectar a quienes aún tienen posibilidades de vida, aclara el perredista Lázaro Monzón

■ Los afectados deberán autorizar por escrito y podrán retractarse en cualquier momento

Andrea Becerril

Con el aval de todas las fuerzas políticas, el Senado aprobó ayer reformas a la Ley General de Salud que conceden la llamada eutanasia pasiva, es decir, el derecho de los enfermos terminales a suspender el tratamiento curativo y recibir “cuidados paliativos” en su domicilio, hasta que llegue la muerte.

Con ello se evitará prolongar la agonía de un paciente con mal incurable e irreversible que es sometido a equipos artificiales y encarnizamientos terapéuticos, expresó en tribuna el presidente de la Comisión de Salud, el panista Ernesto Saro Boardman. Aclaró que en forma alguna se trata de un “suicido asistido”.

Concluyó así un proceso legislativo que se prolongó por casi dos años, luego de la fuerte polémica que provocó la idea de que se proponía legalizar la eutanasia o muerte asistida. La iniciativa fue aprobada en abril pasado en el Senado, pero en la Cámara de Diputados le hicieron un cambio, a fin de eliminar la objeción de conciencia por parte de médicos y personal sanitario, que quedan obligados a eliminar el tratamiento en caso de que el paciente en fase terminal, con una expectativa de sólo seis meses de vida, lo solicite.

En tribuna, el senador del PRD Lázaro Mazón, autor de una de las iniciativas dictaminadas, comentó que en forma alguna se pide a personal médico que falte a la ética, porque no se trata de desconectar o quitar el tratamiento a alguien que aún tiene posibilidades de sobrevivir.

La intención es evitar “el encarnizamiento terapéutico; retirar todo tipo de aparatos, de tubos por todos lados, que sólo prolongan el sufrimiento de quien ya no tiene remedio”.

Por ello, “es también una iniciativa de amor a nuestros seres queridos, ya que lo menos que queremos es morir con dolor y lejos de nuestra casa”, añadió el perredista.

El panista Saro agregó que las instituciones médicas “quedan obligadas a atender la parte emotiva, tanto de los pacientes como de sus familiares”.

En la reforma se precisa que la aplicación de la eutanasia, entendida como “homicidio por piedad”, está prohibida. Lo aprobado, detalló luego el senador Mazón, se parece un poco a la eutanasia pasiva, pero se quitó ese término del dictamen porque espanta a mucha gente.

La senadora panista María Teresa Ortuño subió ayer a tribuna para aclarar una y otra vez que lo aprobado no es la eutanasia. Los cuidados paliativos –dijo– no adelantan ni retrasan la muerte; se trata del derecho de una persona desahuciada a ir a morir a su casa, lo que hoy sólo pueden hacer quienes cuentan con recursos económicos, ya que deben pagar medicamentos.

En la minuta aprobada ayer con 84 votos en favor y una abstención –del senador del PRD Ricardo Monreal– se define como enfermo terminal a “la persona que tiene una enfermedad incurable e irreversible y que tiene un pronóstico de vida inferior a seis meses”.

Los enfermos terminales tendrán el derecho a dejar voluntariamente la institución de salud en que estén hospitalizados y recibir un trato digno y profesional, procurando preservar su calidad de vida. Podrán hacerlo por escrito ante dos testigos, aunque en casos de incapacidad del afectado para dar su consentimiento y en ausencia de familiares o tutor, la decisión será tomada por el médico especialista y/o por el Comité de Bioética de la institución de que se trate.

Al dejar el hospital podrá solicitar al personal que lo atendió que le sean suministrados fármacos y cuidados paliativos. Igualmente, el documento puede ser revocado por el paciente en cualquier momento.

Saro Boardman recalcó que la reforma a la Ley de Salud tiene que ver también con un sentido económico, ya que en las prácticas privadas de la medicina “en ocasiones los médicos se empecinan” en llevar tratamientos caros, que de nada van a servir al enfermo terminal, sino sólo le provocan mayor sufrimiento y a la familia gastos innecesarios, que lesionan su patrimonio.

Agregó que en el caso de las instituciones públicas, sucede con mucha frecuencia que enfermos terminales están conectados, por ejemplo, a respiradores artificiales y otros aparatos de los que hay pocos y no pueden utilizarse para salvar vidas.

Ha ocurrido –dijo– que en un sábado, un jóven que sufrió un accidente automovilístico llega a un hospital público con un pulmón colapsado y muere en un pasillo, porque los respiradores están ocupados todos, algunos por un enfermo desahuciado, que podría pasar sus últimos días en su hogar.

La minuta fue turnada al Ejecutivo para su publicación en el Diario Oficial de la Federación.

Se protege la dignidad humana, afirma Córdova Villalobos

El titular de la Secretaría de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, aseguró que la reforma aprobada en el Senado es acertada, porque busca proteger la dignidad humana y garantizar que las personas con enfermedades terminales tengan el tratamiento que les ayude a mitigar el dolor.

En breve entrevista antes de encabezar la ceremonia de clausura del año académico de la Academia Mexicana de Cirugía, el funcionario señaló que la reforma legal nada tiene que ver con la eutanasia.

 
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