Usted está aquí: lunes 24 de noviembre de 2008 Opinión ¿La Fiesta en Paz?

¿La Fiesta en Paz?

Leonardo Páez

Agüitas, incorregible

Con un valor civil sustentado y una militancia taurina pensante digna de ser imitada, el Centro Taurino México España, de la ciudad de Aguascalientes, envió una carta al ingeniero Gabriel Arellano Espinosa, presidente municipal de esa ciudad, para protestar –¿en el desierto?– por el más reciente fraude en contra de aquella paciente afición. Ofrecemos una síntesis de dicha misiva.

“Tras la celebración del festejo que ahora se le llama Corrida de Las Calaveras, se desataron varias irregularidades, algunas que usted presenció y otras que tal vez no, pero que consideramos debe conocer y ver si en el futuro hay solución, pues son directamente concernientes a su administración…

“Queríamos asistir y estar juntos en el tendido para ver la corrida; nos reunimos a las 4:15 en la estatua del maestro Armilla, donde nos percatamos de que la entrada no iba a ser un lleno ni mucho menos, por lo que no había dudas de conseguir entradas. Algunos habíamos comprado boletos el viernes mientras que los demás se dirigieron a las taquillas para adquirir los suyos pero ¡oh sorpresa!, no había ni de sol ni de sombra general… ¿Qué tenía que hacer la gente que iba llegando? Pues irse a su casa o comprar entradas de localidades más caras. De esas sí había. ¿No es un robo descarado?

“Así pues, algunos tuvimos que pagar más y salirnos de nuestro muy ajustado presupuesto en el que la actual situación económica nos tiene, para poder presenciar el tan esperado festejo. Lo que es evidente no se puede ocultar ni después justificar. Usted es ganadero y conocedor del ganado bravo, por lo que con sobra de criterio pudo juzgar que lo que vio lidiar no fue lo que se permite para corridas de toros en el Código Municipal.

“En ese articulado se menciona que el ganado para corridas de toros debe tener cuatro años cumplidos. ¿Considera usted que los de Teófilo Gómez los tenían? Podrán argumentar y asegurar los ganaderos que sí, pero si hubieran tenido la edad, también dice el reglamento que deben tener presencia o trapío. ¿Lo tenían?

“Por donde quiera que se le busque ese encierro fue antirreglamentario e indebidamente aceptado por quien usted designó y dio su confianza, primero para hacer cumplir los lineamientos municipales y segundo, para proteger los intereses y derechos del público... Luego de pagar caro y ver novillos por toros, los vendedores andan por las gradas a toda hora, tapando y pisando, aunque eso también esté reglamentado…” Retomaremos tan importante documento.

 
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