Usted está aquí: viernes 14 de noviembre de 2008 Política Detienen a dos traficantes mexicanos en Argentina con casi una tonelada de coca

■ Se especula que la droga es de origen colombiano e iba a ser enviada a España

Detienen a dos traficantes mexicanos en Argentina con casi una tonelada de coca

■ La operación forma parte de un amplio plan denominado Ruta de la efedrina

Stella Calloni (Corresponsal)

Buenos Aires, 13 de noviembre. En un operativo antidroga, efectivos de la Policía Federal y de la provincia de Buenos Aires decomisaron alrededor de una tonelada de cocaína, distribuida en unos 700 paquetes, en San Miguel, a unos 40 kilómetros de esta capital, y fueron detenidos dos ciudadanos de nacionalidad mexicana, un boliviano y otras personas, en distintos allanamientos.

El operativo se hizo en el contexto de la investigación sobre la llamada Ruta de la efedrina, en la que se ha involucrado a otros ciudadanos mexicanos, por distintas causas, pero que de alguna forma coinciden en esta gran operación antidrogas.

Los jueces federales que intervienen en este caso son Federico Faggionato Márquez, de Campana, localidad vecina a Buenos Aires, quien investiga la Ruta de la efedrina, y el juez federal de Tres de Febrero, Juan Manuel Culotta.

De acuerdo con los primeros datos, la droga podría haber llegado mediante “narcos colombianos” y tendría como destino España, mientras se siguen realizando otros allanamientos.

El depósito donde se encontró la droga no estaba habilitado para funciones comerciales, aunque podría haber funcionado allí un taller mecánico. Lo sorprendente es que se calcula que la instalación eléctrica databa de pocos días atrás.

Hasta allí se habría llegado en el contexto de la investigación que surge del allanamiento, ayer, a una mansión en la zona de General Rodríguez, provincia de Buenos Aires, cercana al lugar donde fueron hallados los cuerpos de tres empresarios, supuestamente ligados con la venta de efedrina a México.

En General Rodríguez fueron detenidas siete personas, entre ellas un policía penitenciario, los miembros de una familia y se encontró gran cantidad de armas.

El dueño de la mansión, Hernán de Carli, vive largos periodos en Miami, Florida, según se dijo. En esa mansión podrían haber estado secuestrados los empresarios Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, antes de su ejecución. Además de la armas, se encontraron también pasajes a Alemania, España y a lugares de la República Mexicana y los papeles de la venta de una propiedad en Bal Harbor, Florida, por 4 millones 700 mil dólares.

Según Faggionato Márquez, el dueño de la casa, De Carli, estaría relacionado con dos de las víctimas del triple crimen y con Rodrigo Iturbe, a quien el magistrado considera el jefe de la organización que traficaba efedrina.

También se detectó una credencial de la DEA a nombre de De Carli, aunque dicen que es falsa, como también lo era la sigla SWAT de las patentes de una camioneta.

Hay varios datos que relacionan dicha casa con los crímenes. También se estima que De Carli podría tener relación con Jorge Almanza Guzmán y Leobardo Gaxiola López, otros dos mexicanos que fueron detenidos en Paraguay hace tiempo, junto al supuesto jefe del laboratorio descubierto en Maschwitz, Jesús Martínez Espinoza.

Hay varias contradicciones en otra causa sobre el descubrimiento de un supuesto laboratorio de drogas a unos 60 kilómetros de esta capital, el 18 de julio pasado, donde fueron detenidos otros nueve mexicanos y un argentino. De acuerdo con los informes, en ese lugar supuestamente existía una “cocina” para producir éxtasis.

Todo este laberinto en el que al parecer se trata de unir causas en una sola red, deja fuertes dudas, porque a veces éstas no parecen tener nada en común: por ejemplo, Maschwitz con General Rodríguez. Y ahora se agrega la cocaína en San Miguel. Surgen varias especulaciones sobre este tema y el papel que pueda jugar la DEA detrás de las investigaciones, donde muchos de los pasos se dan con base en testigos no siempre aceptables.

Hasta ahora la Ruta de la efedrina aparece como una intrincada novela policial que abrió un nuevo capítulo aquí: el de grupos mexicanos en el organigrama de la droga en el sur.

 
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