Usted está aquí: martes 4 de noviembre de 2008 Opinión Desde el otro lado

Desde el otro lado

Arturo Balderas Rodríguez

■ El cambio

Buena parte de los observadores políticos en Estados Unidos coinciden en que la recesión económica, que culmina con la espectacular caída de la bolsa, es la causa del repunte de Barack Obama y del derrumbe de John McCain en las encuestas de opinión. Para decirlo de otra forma, buena parte de la sociedad estadunidense estaría más en sintonía con el candidato McCain y su plataforma conservadora de no ser por la crisis económica en la que se debate el país vecino.

La conclusión es que Obama, cuyas ideas están muy lejos del socialismo que le atribuyen, todavía no logra penetrar en la coraza ideológica de millones de estadounidenses, pero entienden que el país no puede seguir el mismo camino que el trazado en los últimos años.

Creer que Obama perderá votos acusándolo de “redistribuir la riqueza” por el hecho de aumentar los impuestos a quienes ganan más de 250 mil dólares al año sólo se le puede ocurrir como pretexto de campaña a alguien cuya corta visión o cinismo pretende que se ignore la pauperización paulatina de millones de estadunidenses, que afloró a consecuencia del huracán Katrina. Más grave aún es que los millones de personas que lo advirtieron también lo ignoren. El reto de Obama es convencer a buena parte del electorado de que el país se colapsará de no cambiar los elementos esenciales en que sustentó su desarrollo en el pasado reciente.

Aun en los estados de la unión considerados bastiones republicanos la “obamanía” parece haber hecho mella a la campaña de McCain, por lo que, al término de la jornada electoral de mañana, Estados Unidos podría tener el primer presidente negro en su historia.

Hace apenas 50 años una joven negra tuvo que ser escoltada por la guardia nacional para entrar a una escuela en la que hordas de blancos racistas trataban de impedirlo. Tal vez en unas semanas un negro entrará a la Casa Blanca, no para servir a los blancos que a lo largo de la historia la han habitado. Esta vez lo hará como el presidente de una nación en la que los negros, blancos, latinos, asiáticos, jóvenes, mujeres y ancianos que votarán por Obama esperan que pueda cristalizar su promesa de cambio.

 
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