Usted está aquí: martes 4 de noviembre de 2008 Mundo Republicanos enfrentan la posibilidad de un tsunami en el Congreso estadunidense

■ En juego, toda la cámara baja y 35 senadurías; demócratas, cerca de consolidar mayoría

Republicanos enfrentan la posibilidad de un tsunami en el Congreso estadunidense

■ Habrá elecciones para gobernador en 11 estados; sólo en tres se prevé un cambio de partido

David Brooks (Corresponsal)

Ampliar la imagen Dos personajes que caracterizan a los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, Barack Obama y John McCain, se presentaron ayer en un centro de apuestas en el centro de Londres Dos personajes que caracterizan a los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, Barack Obama y John McCain, se presentaron ayer en un centro de apuestas en el centro de Londres Foto: Reuters

Ampliar la imagen Botones de las campañas presidenciales a la venta en Nueva York Botones de las campañas presidenciales a la venta en Nueva York Foto: Ap

Nueva York, 3 de noviembre. A la par de la elección presidencial de este martes habrá otras votaciones que cambiarán la dinámica política en Washington gane quien gane la Casa Blanca.

En las elecciones legislativas los republicanos enfrentan un posible tsunami que consolidará la mayoría demócrata en las dos cámaras del Congreso y potencialmente establecerá un monopolio de este partido sobre dos de los tres poderes federales, en un revés completo de lo que lograron los republicanos hace ocho años.

Las 435 curules de la cámara baja y un tercio (en esta ocasión, 35 de los 100 puestos) del Senado están en juego. En un clima político que se define como el más “tóxico” para los republicanos en décadas, en gran medida por la desaprobación masiva a la presidencia de George W. Bush y que empeoró al estallar la crisis financiera más severa desde la Gran Depresión, los legisladores republicanos admiten estar pues, en una gran depresión.

En el Senado, donde el equilibrio del poder es de 51 demócratas (incluidos dos independientes que suelen votar con ese liderazgo) y 49 republicanos, el sueño de los demócratas es alcanzar 60 puestos. Eso haría imposible a la minoría, bajo las reglas de la cámara alta, obstaculizar iniciativas impulsadas por la mayoría.

En esta elección, los republicanos defienden sus puestos en 23 de los 35 escaños. Por ahora, los cálculos son que los demócratas ganarán tres puestos de senadores republicanos que se están jubilando, y otros cinco donde los republicanos buscan su reelección están seriamente amenazados por retadores demócratas. Estos incluyen al senador republicano de mayor antigüedad, Ted Stevens, de Alaska, recién juzgado y condenado por corrupción, Elizabeth Dole en Carolina del Norte, y en Minnesota, donde el antes cómico Al Franken podría derrocar a Norm Coleman en la contienda legislativa más cara del país.

Pero quizá lo más notable es que el líder de la bancada republicana, Mitch McConnell, de Kentucky, enfrenta la batalla electoral más competitiva de su carrera. También sorprende la vulnerabilidad de tres senadores que buscan su relección de estados tradicionalmente republicanos del profundo sur: Mississippi, Georgia y Kentucky, en gran parte amenazados por la ola de participación del electorado afroestadunidense impulsado por la candidatura presidencial de Barack Obama.

En la cámara, los demócratas, según expertos y hasta algunos republicanos, pueden incrementar su mayoría por entre 20 y hasta 35 puestos más, lo cual llegaría a su nivel más alto desde 1990, reporta el Washington Post. Por ahora, el equilibrio es de 235 demócratas y 199 republicanos (hay una vacante). Los demócratas gozan tanto del muy negativo clima político para los republicanos en general, con un número inusual de jubilaciones; unos 29 republicanos optaron por no buscar la relección este año, muchos por temor a perder o por no desear formar parte de una minoría cada vez más débil.

Entre las contiendas más notables en la cámara baja está la de los representantes cubanoestadunidenses conservadores en Miami. Lincoln Díaz Balart es retado por Raúl Martínez, y las últimas encuestas registran un empate técnico, y su hermano Mario Díaz Balart mantiene una escueta ventaja frente al demócrata Joe García. La derrota de uno, o ambos, sería un minisismo, ya que quedaría derrocada o tal vez mortalmente herida la antes invulnerable ala ultraconservadora anticastrista en el poder en Miami desde los años 60. Además, sería el derrumbe del único bastión latino del Partido Republicano.

En parte por el efecto de Obama, varios de los republicanos amenazados están en estados antes considerados “seguros” para ellos.

Si los demócratas repiten lo que lograron en 2006, sería la primera vez en más de medio siglo que ese partido incremente sus márgenes de mayoría en dos elecciones seguidas, reportó el New York Times.

Además, se realizan 11 elecciones para gobernador, pero sólo tres son consideradas como estados en donde el poder podría cambiar de partido.

Como en otras ocasiones, también hay una serie de referendos sobre resoluciones a nivel estatal, la más comentada es la que propone legalizar el matrimonio gay en California.

Respecto de otras elecciones, vale recordar que hay más de dos candidatos presidenciales en esta elección. De hecho, hay cuatro más: Ralph Nader como independiente; Cynthia McKinney, del Partido Verde; Bob Barr, del Partido Libertario, y Chuck Baldwin, del Partido Constitucional. En las encuestas, ninguno de ellos registra poco más de 2 por ciento.

 
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