Usted está aquí: lunes 3 de noviembre de 2008 Política Los más pobres comen una sola vez al día y compran alimentos de menor calidad

■ “Falso que el campo esté blindado para resistir la crisis económica”: Ramírez López

Los más pobres comen una sola vez al día y compran alimentos de menor calidad

■ Urge modelo sustentable que garantice la nutrición de los mexicanos, señalan productores

Matilde Pérez U.

Ampliar la imagen La canasta básica cada vez está fuera del alcance de más mexicanos La canasta básica cada vez está fuera del alcance de más mexicanos Foto: José Antonio López

Setenta por ciento de los mexicanos más pobres han reducido la compra de alimentos ante el incremento de los precios y comen sólo una vez al día, en tanto la población con escasos recursos está sustituyendo alimentos por los de menor calidad, lo que revela la crisis alimentaria en la que se encuentra cada día un mayor número de personas.

Los datos revelan que es ineludible encarar los aspectos más lacerantes y urgentes de la crisis alimentaria, con un nuevo modelo agroalimentario sustentable para asegurar la alimentación y nutrición de la población, sostuvieron en diferentes foros el presidente del grupo de trabajo de la Reforma integral del campo mexicano del Senado, Heladio Ramírez López, e integrantes de diversas organizaciones de la campaña nacional Sin maíz no hay país.

Ramírez López rechazó que el agro está blindado para resistir los efectos de la actual crisis económica, como lo afirma el secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas Jiménez. “No es posible aceptar esos argumentos, cuando se percibe una honda insatisfacción campesina por la ineptitud de la burocracia y sus complejas reglas de operación”.

Luego de testificar el nacimiento del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias para el Desarrollo Rural, de la Universidad Autónoma Chapingo, el ex gobernador de Oaxaca refirió que los campesinos afrontan la disminución de sus ingresos por el desplome de los precios de las cosechas; ya no reciben las remesas de sus familiares; los costos de producción los dejan fuera de competencia, y el bienestar no llega a sus casas.

“Es hora de escuchar el clamor de todos los sectores productivos y de atender la demanda de establecer una política de Estado que responda a la propuesta de una reforma integral para el campo. Hay que cancelar las recetas impuestas por las multinacionales y los organismos internacionales para dejar de caminar en sentido opuesto a lo que demandan los campesinos”, indicó.

México tiene gente, tierras, agua y recursos para vencer las crisis alimentaria y económica mundiales; el único problema radica en que se mantiene al campo en el olvido, sostuvo.

José Luis Calva, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México, expuso que al cierre de este año el valor de las importaciones de alimentos rebasará los 25 mil millones de dólares, cuando lo que se compra puede producirse en el país. Advirtió que el hambre se va a agudizar a causa del encarecimiento de la comida, mientras que el salario mínimo aumentó en sólo 8.2 por ciento en los pasados dos años, de ahí la caída de las ventas no solamente en los mercados populares sino también en las tiendas de autoservicio.

De su lado, las organizaciones que participan en la campaña Sin maíz no hay país y que convocaron a la Asamblea Nacional por la Soberanía Alimentaria, sostuvieron que la crisis de alimentos y financiera global “confirma el fracaso de los gobiernos neoliberales y de sus instituciones, tanto en México como en el mundo. Son gobiernos e instituciones fallidas, burocratizadas, contrarias al interés público, que están al servicio de las grandes corporaciones trasnacionales y de los grupos empresariales privilegiados, las mafias políticas y los poderes fácticos”.

En la declaración de la citada asamblea, los participantes se comprometieron a sostener una campaña hasta lograr que se legisle el establecimiento de una reserva estratégica alimentaria y apruebe un mecanismo de administración del comercio exterior de alimentos estratégicos; evitar la siembra de maíz transgénico y el uso de granos, oleaginosas y otros productos agrícolas de consumo humano en la elaboración de agrocombustibles, así como impulsar la reorientación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

 
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