Usted está aquí: lunes 3 de noviembre de 2008 Estados Construyen “casas temporales” para familias yucatecas en pobreza extrema

■ El objetivo, permitir que junten dinero y construyan una fija: IVEY

Construyen “casas temporales” para familias yucatecas en pobreza extrema

Luis A. Boffil Gómez (Corresponsal)

Ampliar la imagen Muchos habitantes de la zona sur de Mérida, como Gabriel Dzul, carecen de casa propia debido a la extrema pobreza. Al fondo, la choza donde habita junto con su familia Muchos habitantes de la zona sur de Mérida, como Gabriel Dzul, carecen de casa propia debido a la extrema pobreza. Al fondo, la choza donde habita junto con su familia Foto: Luis A. Boffil Gómez

Mérida, Yuc., 2 de noviembre. El Instituto de Vivienda del Estado de Yucatán (IVEY) puso en marcha el programa Casa Temporal, dirigido especialmente a madres solteras y familias en extrema pobreza que no cuentan con techo seguro.

La titular del IVEY, Angélica Araujo Lara, explicó que Casa Temporal consiste básicamente en edificar viviendas “provisionales” con paneles de perfil de acero y lámina acanalada, en una superficie de 24 metros cuadrados, con pisos de concreto, puerta, dos ventanas y estructura “lo suficientemente fuerte” para garantizar un espacio seguro.

El objetivo es que en un plazo de seis meses a un año, las familias o personas logren reunir el dinero suficiente para comenzar a construir su casa en el lote que previamente les asigne el IVEY. Las casas provisionales no tendrán costo alguno para los pobladores, aunque sí pagarán por los servicios de energía eléctrica y agua potable.

Araujo Lara señaló que los materiales del programa Casa Temporal son desarmables, y se utilizarán para edificar otras viviendas para las personas que lo requieran. Aseguró que las “casitas” están blindadas contra la especulación y la venta ilegal, pues son propiedad exclusiva del gobierno estatal, mientras quienes las reciben logran tener su propio patrimonio.

Este domingo el IVEY, con recursos que suman 2.5 millones de pesos, empezó la construcción de un primer paquete de 50 “casas temporales” para igual número de familias en la colonia San Luis Dzununcán, perteneciente a la comunidad rural del mismo nombre, en el municipio capitalino de Mérida.

Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, 51.7 por ciento de la población en Yucatán –calculada en un millón 818 mil 948 habitantes– se encuentra en situación de “pobreza patrimonial”, lo que significa que carecen de ingresos suficientes para adquirir la canasta básica alimentaria, así como para erogar los recursos necesarios en salud, vestido, vivienda, transporte y educación, aunque la totalidad del ingreso del hogar fuera utilizado exclusivamente para la adquisición de estos bienes y servicios.

El caso de Micaela Cruz Jiménez ilustra la situación de vida de los beneficiarios de Casa Temporal: enfrenta una paradoja; ya posee su lote pero, debido a su pobreza, no puede construir una vivienda digna.

Madre soltera, con una hija de dos años de edad, Micaela apenas dispone de algunos fardos de láminas de cartón, varillas y madera para armar una choza, y soportar las inclemencias del tiempo.

Así como ella, hay por lo menos 400 habitantes de la zona sur de Mérida –la más marginada de esta capital– que están en situación similar. Con lotes de terreno asignados, pero sin poder construir una vivienda.

A su vez, Norma Alicia Mis Gómez, otra de las participantes, anunció que comenzará a ahorrar dinero para construir su propia casa; mientras, ella y sus dos hijas menores vivirán en su “casa temporal” seguras y cobijadas de las inclemencias del variable clima de Yucatán.

Amelia Interián se encarga de cuidar el terreno y supervisar la construcción de una endeble casa de madera y láminas de cartón, propiedad de su hija, María Imelda Ruiz Interián, trabajadora de una maquiladora.

“Estamos aprovechando que nos hayan dado la oportunidad de tener un lote, y en la medida de nuestras posibilidades estamos tratando de hacer una casita, aunque sea de láminas de cartón, pero aun así sale caro”, comentó.

Por ejemplo, Amelia comentó que un fardo de 20 láminas de cartón cuesta 250 pesos, mientras un atado de 10 varillas cuesta 160.

“Hasta el momento hemos utilizado dos fardos de láminas de cartón para hacer una pared y el techo, que requiere doble lámina, porque viene muy delgada y con una lluvia inmediatamente se pandean”, señaló.

 
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