Usted está aquí: domingo 2 de noviembre de 2008 Opinión ¿La fiesta en paz?

¿La fiesta en paz?

Leonardo Páez

■ De tranzas, alianzas y otras danzas

Ampliar la imagen Octavio García El Payo Octavio García El Payo Foto: Tomada de Internet

“Bienvenido a la pesadilla”, le soltó el subcomandante Marcos al tortuoso Ernesto Zedillo cuando éste estrenó la Presidencia de la República, con los resultados por todos padecidos. Y “bienvenido a la pesadilla” hay que decirle al flamante matador, todavía de novillos aunque haya recibido la alternativa, Octavio García El Payo.

¡Qué forma de escupirle a su trayectoria!, exclamó iracundo un viejo aficionado que presenciaba-soportaba el indecoroso desfile de novillones de Fernando de la Mora, adquiridos por los calamitosos empresarios Pedro Haces y Rubén Ortega, con la anuencia y según se dice el apoyo económico del gobierno del estado de Hidalgo, para la esperada alternativa de El Payo, hace ocho días en Pachuca.

Seguramente se trató de razones económicas más que taurinas lo que movió a la gente de Octavio a llegar a semejante transa, en el sentido de transigir y ceder de esa manera en tan importante ocasión. Pobres de presencia y mansos, los de De la Mora impedirán además que el esforzado y prometedor Payo muestre en España una sola de las fotografías de su alternativa toreando eso.

La transa grande, el fraude, incluye a los citados empresarios –¡aguas, Mérida!, sobre aviso no hay engaño–, al comité de la feria, al gobierno del estado, haya puesto o no dinero del erario, pues la estafa al público fue igual, y a la administración de El Payo, que tendrá que borrar en ruedos mexicanos el agravio autoinfligido.

No cantan mal las rancheras los matadores. Después de hacer como que defendían la Ley de Espectáculos para el Distrito Federal, cuyo artículo 47 mexiqueramente exige que todos los carteles se integren con 50 por ciento de participantes mexicanos, la Asociación Nacional de Matadores, en su postura fingidamente nacionalista, rompió relaciones con la empresa de la Plaza México… para reforzarlas con la empresa Espectáculos Taurinos de México, de Alberto Bailleres, ¡y aceptar que un coleta mexicano toree al lado de dos extranjeros! Aliancismo pragmático, no nacionalismo taurino. Así, hoy en Guadalajara parten plaza Morante de la Puebla, Ignacio Garibay y Sebastián Castella. A ver qué entrada hacen.

¿La Asamblea Legislativa del DF logrará por fin modificar el dichoso artículo 47 de la Ley de Espectáculos? De lo contrario una de las empresas taurinas tendrá más opciones que la otra para presentar carteles dizque atractivos y con predominancia de diestros extranjeros que supuestamente tienen capacidad de convocatoria.

Supuestamente, porque en los hechos toreros tan importantes en España como Morante y Castella, en la plaza de Pachuca, con un aforo de 9 mil localidades, apenas metieron poco más de la cuarta parte. Quizá por eso el gracioso torero andaluz sólo accedió a hacer el paseíllo una vez que la empresa le pagó íntegro el sueldo acordado. No, si los taurinos son vivísimos. Por su parte el público, si no hay equilibrio entre publicidad, calidad de los productos y precios, nomás deja de ir a las plazas.

 
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