Usted está aquí: viernes 31 de octubre de 2008 Estados Meridanos, joviales hasta en el sepulcro

■ Proponen hacer de panteones sitios turísticos

Meridanos, joviales hasta en el sepulcro

Luis A. Boffil Gómez (Corresponsal)

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Ampliar la imagen Humor, gratitud y hasta aficiones deportivas quedan pasmados en las lápidas de los cementerios de Mérida, cuyas autoridades pretenden convertirlos en atracción turística Humor, gratitud y hasta aficiones deportivas quedan pasmados en las lápidas de los cementerios de Mérida, cuyas autoridades pretenden convertirlos en atracción turística Foto: Luis Boffil

Mérida, Yuc., 29 de octubre. Lejos de ser lúgubres o aterradores, los camposantos de Mérida poseen un toque de originalidad que atrae miles de visitantes todo el año, no sólo en el día de Los Fieles Difuntos.

En la capital yucateca hay cuatro panteones. El más antiguo es el “general”, que data de 1821, y el más reciente el Jardines del Recuerdo, de 1988, aunque éste es casi exclusivo para gente pudiente. Todos tienen peculiaridades.

La dirección de cementerios de la comuna de Mérida trabaja en un proyecto para organizar recorridos turísticos por los cementerios de esta ciudad, para que los visitantes admiren la originalidad, antigüedad y calidad de las tumbas.

“Es posible que en 2009 tengamos listo un proyecto para hacer de los cementerios de Mérida sitios turísticos”, aseguró el alcalde, César Bojórquez Zapata.

Para las autoridades municipales, de extracción panista, vale la pena intentarlo: de acuerdo con cifras de la dirección de cementerios de Mérida, éstos reciben cada año más de 400 mil personas y es factible aprovecharlos para generar ingresos.

En el cementerio general, por ejemplo, la bóveda 849 alberga los restos de un joven que se suicidó hace dos años y se llevó al más allá la afición por su equipo favorito de futbol: el América. Su tumba está pintada con los colores del cuadro de Coapa: azul y amarillo. En un nicho, además de la fotografía del joven, hay un balón de piedra y el escudo americanista.

Una de las tumbas más originales es la que guarda los restos de Carlos El Calvo Chalé, personaje ampliamente conocido en el mundo del narcomenudeo y la adulteración de licores. El personaje favorito de El Calvo era Kalimán, héroe mexicano de historieta que poseía poderes sobrenaturales.

Antes de morir, en 2000, Carlos Chalé pidió a sus familiares que su tumba fuera vigilada por Kalimán. Su deseo se cumpió y la adusta efigie de El Hombre Increíble, cruzado de brazos, ataviado con su característica vestimenta blanca, turbante y capa, custodia el sepulcro del personaje yucateco.

En otra área del cementerio general está la tumba de Moisés Ojeda Farah, un joven que murió en 1979. Pero no está solo. Lo acompaña la figura de una mujer. Se cree que la tejedora es la madre del muchacho y que lo acompañó durante su enfermedad.

En otra lápida se observa un teléfono de piedra y una mano lista para hacer girar el disco. Los vigilantes dicen que quien quiera hablar con el finado tiene que marcarle, pero nadie sabe el número.

Al cementerio de Xoclán, construido en 1982, llegan personas de clase media y baja. Aquí se localiza la tumba de la joven Beelshel Vargas Piña, en cuya lápida se reprodujo una computadora, con mouse y bocinas. Evidentemente, la difunta era aficionada a la informática.

El lugar donde se encuentran los restos de José Efraín Alvarado Magaña, aficionado al tequila, la música vernácula y los ranchos ,está adornado con un sombrero, un nopal y un maguey.

“Los cementerios de Mérida no son sitios de terror y miedo, como aparecen en las películas de fantasmas. Son lugares alegres y pintorescos. Estas originales tumbas son el mejor ejemplo”, destacó José del Carmen Chuc, quien desde hace 40 años trabaja de velador de camposanto y enterrador.

 
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