Usted está aquí: lunes 27 de octubre de 2008 Opinión ¿La fiesta en Paz?

¿La fiesta en Paz?

Leonardo Páez

■ Ameget, nuevo presidente

Hace unos días el matador en retiro Ricardo Sánchez, gerente de la plaza Monumental de Aguascalientes, del consorcio Espectáculos Taurinos de México, SA, propiedad de Alberto Bailleres, fue designado nuevo presidente de la mesa directiva de la Asociación Mexicana de Empresarios Taurinos (AMET), durante la asamblea general de dicha agrupación.

Sánchez sucede en el cargo a Alfredo Sahagún, gerente a su vez de la plaza Nuevo Progreso, de Guadalajara, quien permaneció en funciones dos años. Como vicepresidentes de la AMET quedaron Francisco Calderón y el matador en retiro Arturo Gilio; Diego Carmona, secretario; el citado Alfredo Sahagún como tesorero; Juan Arturo Torreslanda, en Honor y Justicia, y Enrique Valles, Francisco Díaz y Juan Castañeda como vocales.

Aunque los resultados de este gremio han sido prácticamente nulos –compartirse a las figuras españolas y no haber sacado una sola de México–, no se duda de la capacidad administrativa de estas personas, ni mucho menos de su pasión por promover la fiesta de los toros o de sus afanes por coordinar esfuerzos y alcanzar metas comunes en beneficio de todos, incluido el espectáculo.

Sin embargo, quizá sólo dos o tres miembros de esta mesa directiva sean empresarios o por lo menos propietarios de las plazas que manejan. El resto, son gerentes, administradores, concesionarios, encargados o bien intencionados organizadores. Pero no empresarios.

Porque empresario no es el que administra dinero ajeno y acata órdenes superiores sino el que aportando las más de las veces el propio, imprime a su empresa su carácter y su rumbo, arriesgando, innovando, produciendo y sirviendo a la sociedad donde está inmersa, a partir de una clara percepción de su personal y de sus clientes. Mucha suerte pues, al nuevo presidente de la Ameget, Asociación Mexicana de Gerentes de Empresas Taurinas, quizá con entusiasmo pero evidentemente sin autonomía.

Son muchos los tenedores de derecho de apartado indignados o desesperados, pero todos agraviados por la falta de consideración de la empresa de la Plaza México para comunicar, con amplitud y oportunidad, las fechas de canje y costos de renovación del derecho de apartado. A la inexistente unión entre los tenedores, hay que añadir la negligencia de la delegación Benito Juárez y del Gobierno del Distrito Federal para con el público aficionado y sus derechos. Volveremos sobre este tema.

 
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