Usted está aquí: domingo 26 de octubre de 2008 Opinión Bajo la Lupa

Bajo la Lupa

Alfredo Jalife-Rahme

■ Stratfor pondera la insolvencia de la banca en México

Ampliar la imagen El gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, en el Museo Interactivo de Economía en la ciudad de México, en marzo pasado El gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, en el Museo Interactivo de Economía en la ciudad de México, en marzo pasado Foto: Cristina Rodríguez

Stratfor, centro de pensamiento texano-israelí vinculado al Pentágono, pondera la insolvencia de la banca en México, cuyo 80 por ciento es extranjera (otras fuentes aseguran que llega a 92 por ciento).

Stratfor se ha caracterizado por su ferocidad contra el gobierno calderonista que coloca entre las economías “más precarias del mundo”, y se jacta de constituir la fuente obligada de consulta geopolítica de las 500 trasnacionales globales de la revista Fortune.

Con antelación había catalogado a México como “país fracasado” (ver Bajo la Lupa, 23/05/08) y ahora, en sendos artículos, exhibe su alta vulnerabilidad financiera y económica (Stratfor, 18 y 22/10/08). Por cierto, el centro texano-israelí monitorea una vez por semana a México con un “memorándum de seguridad”.

Mientras el gobierno calderonista con sigilo rescataba el “papel comercial” por 3 mil 900 millones de dólares de varias empresas mexicanas en insolvencia (principalmente Cemex, la “favorita de favoritas” de la que es publicista Enrique Krauze Kleinbort), Stratfor difundía lo que se pretendía ocultar: desacredita al caótico Ejecutivo mexicano en “seguridad” por haber engendrado a los criminales “más ricos y mejor organizados del mundo”.

En medio del tsunami financiero estadunidense (que en forma irresponsable ha contagiado al mundo), Stratfor exhibe las amenazas que penden en las finanzas y que pueden llevar a la insolvencia a la banca extranjera en México.

Expone que los avatares de Cemex y de las unidades “mexicanas” de las automotrices de Estados Unidos (EU) para colocar 76 millones de dólares en bonos representan las “señales de tiempos perturbadores cuando México siente los efectos de la crisis financiera global”, que han desvalijado una sustancial parte de las reservas de divisas para detener la abrupta devaluación del peso, lo que ha “mermado al de por sí torturado (sic) presupuesto del gobierno dependiente de la caída de la industria petrolera”, en medio de una “guerra crítica contra los cárteles de la droga”.

A su juicio, el “aspecto más vulnerable de la economía mexicana es su exposición al declive del mercado de EU, en particular, el sector exportador mexicano” (más de 80 por ciento de las exportaciones de México se dirigen a EU): la “incipiente recesión de EU seguramente (sic) arrojará la relación bilateral al caos (¡supersic!)”.

Destaca el declive de las remesas que constituyen 3 por ciento del PIB, lo que “expulsará a los inmigrantes ilegales fuera del mercado laboral”.

Considera que “México se encuentra altamente expuesto a la crisis financiera debido a la reducción del fondo común del crédito global y al creciente número de inversionistas nerviosos” (léase: la fuga apátrida de capitales, que otros llaman “golondrinos”). Explica que los inversionistas en los “mercados del tercer mundo (sic)” han huido a “mercados más seguros”, lo que ha apuntalado la revaluación del dólar. Evidencia el cese de los préstamos interbancarios que ha llevado al pánico de los inversionistas, lo que “se ha manifestado en la incapacidad de Cemex para emitir papel corporativo, una seria causa de preocupación para los círculos de negocios en México, lo cual ha exhibido la vulnerabilidad de los bancos en México a la reducción del capital global”.

Dado que “80 por ciento del sector bancario está controlado por entidades foráneas”, entonces,“esto significa que 80 por ciento del crédito doméstico está sujeto a los caprichos (¡supersic!) del crédito internacional”, por lo que “ una grave amenaza a una porción extensa del sector bancario podría provocar un colapso (¡extra supersic!) del sistema bancario. Ahora se entiende el pánico pueril de Guillermo Ortiz Martínez (GOM), “gobernador” del Banco de México, en sus conmovedoras declaraciones al The Financial Times (23/10/08).

A propósito, GOM acaba de restringir la venta de la onza de plata Libertad bajo el pretexto infundado de que la “Casa de Moneda tiene un exceso de trabajo y, por tanto, no puede acuñar las monedas que el público está demandando”. ¡Cómo no!

En Bajo la Lupa (15 y 19/10/08) hemos urgido a la imperativa necesidad de “reinaugurar” una banca nacional, en lugar de que amanezcamos uno de estos días con la lúgubre noticia de que el gobierno calderonista, que representa los intereses trasnacionales en detrimento del patrimonio de los mexicanos, haya rescatado de su insolvencia a la banca foránea que, con nuestro debido respeto y en estricto apego a las “leyes” del “libre mercado”, debe ser abandonada a su muy triste quiebra.

No faltarán publicistas e ingenuos jihadistas neoliberales en México, que aduzcan que Stratfor suena muy “apocalíptico” (adjetivo propagandístico de moda que asestan los cándidos panistas a sus detractores) y que no constituye una publicación especializada en finanzas y economía. Nosotros pudiéramos agregar que el centro texano-israelí suele equivocarse a menudo en tales materias que no son su fuerte. Pero el problema, en medio del pánico global, radica justamente en la difusión de la insolvencia de la banca foránea en México, que, pese a lo que digan los panistas y priístas neoliberales con sus “chachalacas del hampa organizada de los multimedia sovietizados” (los choms), suena más que creíble, ya que sus matrices se encuentran en plena insolvencia, ergo, sus sucursales y filiales en México.

Lo grave consiste en que uno de estos días amanezcamos sin un sistema de pagos y créditos en el país, lo que de facto paralizaría la economía.

¿Cuáles son los bancos favorecidos con el manejo de los ingresos de Pemex que el año pasado obtuvo 104 mil millones de dólares? ¿Lo sabrán los entreguistas congresistas, tan irresponsables como el Poder Ejecutivo, quienes festinan la parcial privatización oculta de la “reforma energética” calderonista-beltronista, que admite hasta The Financial Times (24/10/08)? ¿No será que muchos de los bancos extranjeros favorecidos con el manejo de las cuentas de Pemex se encuentren ya en la insolvencia, cuando apenas vamos en la segunda fase del tsunami financiero, donde todavía falta la cruel y macabra exposición de las “cuentas invisibles” en los “paraísos fiscales” de los ominosos credit default swaps (CDS) que arrojan la cifra antigravitatoria de 55 billones (trillones, en anglosajón)?

Precisamente la irresponsable Cemex y otras grandes empresas en México, volcadas en la demencial especulación financiera que ha provocado la devaluación del peso, apostaron obscenamente a los CDS en el casino de los “derivados financieros”.

Lo mejor de todo es cuando el “sorprendido” GOM, impreca que los “bancos de inversiones han actuado en forma irresponsable y sin ética” al ofrecer los CDS a las empresas mexicanas. ¡Pobrecitos!

 
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